
Trochando sin Fronteras Edicción #24
Por: Proceso Popular Oriente Pedagógico (Funama-Arauca)
Se experimentó este 2015 una gran movilización del sector de los trabajadores y trabajadoras de la educación, que conmociono al país y afectó su normalidad por más de 15 días. Sin embargo, es poco lo que se conoce de este paro magisterial y de su posterior levantamiento, pues corresponde a la perspectiva de los medios privados de información RCN y Caracol (radio y televisión), que distorsionaron su causa para generar descontento en padres de familia y en la población general.
Prueba de lo anterior, fue el énfasis que se le dio a uno de los seis puntos de la negociación entre el gobierno y la FECODE (Federación Colombiana de los Trabajadores y Trabajadoras de la Educación) en el tema del aumento salarial. Se intentó así mostrar a los espectadores que las movilizaciones de los docentes se limitan a un mero problema salarial –o de barriga, como llaman- y sin nada de fondo.
Casi nada se dijo por estos medios de la burguesía sobre los otros puntos de la negociación, a saber:
1. Retomar los 3 grados de educación infantil obligatorios y financiados totalmente por el Estado (pre-jardín, jardín y transición)
2. Jornada única digna y universal
3. Aumento significativo del presupuesto para la educación
4. Verdaderas garantías para que los docentes puedan ejercer su derecho a la asociación sindical (ya van 1.010 docentes asesinados sólo en el 2015).
Pero sí se observó en estos canales la campaña mediática denominada “profe vuelve a clases”, pretendiendo mostrar el drama de varios niños, niñas y jóvenes que sin jornadas de estudio y por “culpa” del paro magisterial tenían que trabajar con sus padres en la venta ambulante, o, encerrados en sus casas expuestos a la soledad. Esa forma de distorsionar la verdadera situación de la educación, echando la culpa a los trabajadores y no al Estado, profundiza el desconocimiento de la crisis histórica que sufre sector educativo colombiano.
Lo que sucedió con el paro magisterial fue la consecuencia de era crisis y de la lucha que adelantan profesoras y profesores, mediante marchas, cacerolazos, canciones, jornadas culturales, deportivas y toma de las principales ciudades. La movilización fue por causas que iban más allá de los puntos de negociación, lo que significó, de algún modo, un reflorecimiento del sector magisterial. No obstante, las bases docentes también se sintieron vendidas y traicionadas por sus mismos directivos sindicales de la FECODE, que efectuaron una pésima negociación, sin previa consulta a las bases.
Así, los docentes han aprendido que el clientelismo y la burocracia son vicios de la democracia burguesa, que no solo están en los entes del estado -del patrón-, sino que ha impregnado sus asociaciones sindicales, como la expresión más clara de la crisis ideológica por la que atraviesan.
Al respecto, vale recordar que las mismas directivas de FECODE y por supuesto de la Central Unitaria de Trabajadores CUT, no respaldaron la participación del sector docente en el Paro Nacional Agrario, Campesino, Étnico y Popular que se desarrollo en el 2014. Esa decisión implicó restar al movimiento social y popular colombiano, y aislar al magisterio del campesinado, los estudiantes, los indígenas y demás trabajadores.
Este duro andar del sector de la educación indica que pese a los logros y desaciertos, los maestros deberán estar atentos a las nuevas dinámicas de lucha. El aprendizaje es que la vida digna, la libertad y la soberanía en las escuelas, universidades, ciudades y campos nunca será viable con las políticas implementadas por los gobierno de turno a través del Plan Nacional de Desarrollo y otras leyes. Pero esos nobles objetivos tampoco serán viable bajo prácticas sindicales que han perdido parte importante de los principios de identidad de clase.
Seguramente la lucha de este sector seguirá fortaleciéndose, y sumándose a la construcción de un modelo social diferente.