
Trochando Sin Fronteras 15 de septiembre de 2016
Con la tranquilidad de un día que no se trabaja, algo así como un domingo, transcurrió el paro armado en Saravena. Los habitantes del municipio caminaron, montaron bicicleta, jugaron parqués, comieron raspado, recorrieron las calles en la familia, otros hicieron ejercicio, en fin, cada uno aprovechó para romper la rutina con una actividad deportiva o lúdica.
Hasta la Policía descanso de patrullar las calles y esquinas del pueblo, porque no se vio a ningun uniformado en sus tareas cotidianas. El comercio estuvo cerrado, los dueños de locales aprovecharon los tres días de paro para remodelar y lavar sus negocios. Otros pasaron el atardecer sentados en el anden, jugando cartas o parqués con la familia y amigos. Risas y gritos motivaban los dados cuando salia el numero par esperado y correr las casillas requeridas para ganar.
El ruido y velocidad de las motos, fueron reemplazadas por el silencio de las bicicletas que niños, jovenes y adultos utilizaron para ir a la tienda, hacer visita, pasear con la pareja. Recorrer y apropiarse de una manera diferente las calles que no estuvieron contaminadas por el ruido y el humo.
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