Cada 12 de octubre buena parte de la sociedad occidental celebra el mal llamado «Descubrimiento de América», sin analizar aquel fatal acontecimiento para nosotros y felicidad para ellos. Aunque nuestros pueblos ya han hecho avances contra ello.
Trochando Sin Fronteras, octubre 16 de 2019
Por: Ivan Ipiaksua – Trochando Sin Fronteras
[dropcap color=»#ddc80d» type=»square»]En[/dropcap] España en esta fecha cada año, sale el Rey, la Reina y las princesas herederas de la corona, figuras de ese orden vetusto, al pomposo desfile militar que festeja la «Hispanidad», celebrando el «Descubrimiento de América», fecha que fue institucionalizada durante la dictadura fascista del dictador Francisco Franco desde 1939.
Esa celebración en España se llamó en 1918 «Fiesta de la Raza Española», la cual fue adoptada penosa y colonialmente por varias naciones americanas, para con ello seguir recordando, desde el eurocentrismo y el racismo gestado hacia nosotros, la llegada de Colón al continente el 12 de octubre de 1492.
Poco a poco cada año, esa fecha ha pasado de ser una celebración en nuestros países a una conmemoración que hace memoria de los atroces sucesos acontecidos durante la conquista y colonia española-portuguesa, denunciando el genocidio a los pueblos originarios aquí ubicados, la esclavitud de los afroamericanos y el saqueo de las riquezas, entre ellas el oro y la plata, como pilar del capitalismo.
Pero no debemos quedarnos en solo reprochar los crímenes de la conquista, odiar a España y otorgar «derechos» a nuestros pueblos aborígenes para que todo quede igual; es mucho más lo que se exige.
La revisión hecha desde hace unas décadas, a partir de los análisis críticos de las ciencias sociales, busca por medio de la reflexión histórica detallar cuáles fueron los procesos históricos que permitieron estructurar la modernidad capitalista creadora de los valores económicos del sistema actual; hasta llegar a crear por medio de la conquista, la esclavitud, la encomienda, la mercantilización y el capitalismo la sociedad más desigual, racista, xenofóbica, patriarcal, occidentalista y pro imperialista que ha existido.
Esa crítica a la conquista española debe sobre pasar el análisis liberal, el cual buscar otorgar algunos beneficios, medallitas y lánguidos reconocimientos a una parte de los sectores excluidos por la colonia como lo son los aborígenes sobrevivientes y la heredera comunidad negra traída como esclava desde el África.
Y no puede ser menos, si por parte de las élites gobernantes han diseñado manuales de educación escolar, como lo hizo la Academia de Historia colombiana a inicios de siglo XX, en donde solo se estudiaba con absoluto respeto y veneración los virreyes, teorías eurocentristas políticas y económicas, y hazañas de héroes criollos todos hombres blancos republicanos; dejando, a propósito, en el olvido a mujeres y hombres destacados debido a su color de piel. De la misma manera sucedió con los procesos que los aborígenes, negros, mulatos y pueblo de abajo y excluido han protagonizado en la lucha por la liberación.
Es por eso que se empieza hablar del día de la Resistencia Indígena, Encubrimiento del Otro y hasta Encuentro de dos Mundos; pero ya no «Descubrimiento de América», esa última es realmente una ofensa a nuestra historia que termina por avalar el genocidio.
Esa deuda histórica analizada con ojo crítico nos debe permitir pasar del simple análisis académico a la movilización social, que ayude a fomentar la organización de la toda la clase popular en aras de luchar contra los procesos neocoloniales-imperialistas de la modernidad, logrando con ello tomar espacios de poder que transformen las inequitativas estructuras heredadas.
Nota: Nuestro continente no se llamaba América, se llama ABYA YALA, nombre que algunas culturas prehispanicas daban al lugar que habitaban.
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