sábado, abril 19, 2025

No aplastar nuestro futuro

Nada más adverso y lleno de incertidumbre que el hecho de pensar en el futuro de nuestros niños y niñas; pues al contemplar los enormes problemas que les estamos heredando y de los cuales les hacemos acreedores, no es desproporcionado aseverar que su futuro esta desde ya plagado de enormes dificultades.

Más leidas
spot_img

Es costumbre en nuestra sociedad augurar que los niños y niñas son el futuro del país. Nada más contradictorio por estos días para nuestro sentido común como nación, debido a que en Colombia se ha vuelto hábito ir contra la infancia y la juventud. Son del diario vivir las acciones que se orientan como sociedad a militarizar, criminalizar, ultrajar y aniquilar este importante sector poblacional.

Esta situación se reproduce en medio de la deuda social, económica y cultural, en la cual millones de jóvenes e infantes son objeto de enormes dificultades para gozar de un proyecto de vida digno y de condiciones de bienestar social. Problemáticas y barreras que son parte fundamental de las contradicciones estructurales de un país subdesarrollado que permanentemente se orienta a la decadencia.

Nada más adverso y lleno de incertidumbre que el hecho de pensar en el futuro de nuestros niños y niñas; pues al contemplar los enormes problemas que les estamos heredando y de los cuales les hacemos acreedores, no es desproporcionado aseverar que su futuro esta desde ya plagado de enormes dificultades.

Dificultades y problemas que ya se padecen sobre la base de un capitalismo cada vez más irracional; social y culturalmente. En este sistema, si no posees garantías como infante y joven, estás en riesgo e incertidumbre, ya que no accederás a condiciones sociales que puedan garantizar la construcción de un futuro viable, libre de riesgos y amenazas.

El Caso de Sofía Delgado

El pasado 29 de septiembre del 2024, Sofía Delgado, una niña de 12 años fue dada por desaparecida en el Valle del Cauca, al Sur del territorio nacional. Noticia lamentablemente, que no es extraña en nuestro país; un lugar en el que se ha vuelto paisaje, las denuncias de niños y mujeres desaparecidas. En los últimos 20 años han sido reportados 4.353 casos de infantes desaparecidos, de los cuales tan solo el 47 % se resuelven favorablemente. Un promedio de 18 niños y niñas víctimas de desapariciones por mes, de los cuales 10 nunca vuelven a sus hogares.

Según la información de las entidades estatales, el cuerpo de Sofía Delgado fue encontrado desmembrado en un cañaduzal el pasado 17 de octubre de 2024. Se plantea que fue violada y desmembrada, que las partes de su cuerpo fueron metidas en bolsas y luego sepultadas hasta la hora del macabro hallazgo. Luego del hallazgo, se hizo masiva esta oscura situación, inundándose la nación de un profundo y aturdidor malestar.

Ante este hecho, debemos enfrentar nuestra degradación moral como sociedad, que recarga sobre la infancia el peso de nuestra depravada mentalidad como conjunto social. Por más que queramos depositar estrictamente las culpas en la corporeidad individual del criminal, del que lastima al prójimo y le condena a su reducción y vejamen, la situación recae de muchas maneras en la función social de nuestra vida como comunidad nacional.

Es aberrante que en nuestro país sean asesinadas en promedio 300 mujeres por año a causa de feminicidios, proporción similar al asesinato de menores de edad, entre 15 y 17 años y que el 10 % de las víctimas de feminicidio sean equiparables a los casos de niños y niñas. Desde ninguna consideración, la situación puede ser admisible, ¿qué nos pasa como sociedad?

Situación en Colombia y el mundo

Según los datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, son 18.085 los casos relacionados con violencia sexual, la cual afecta mayoritariamente a la población infantil del país. Y aunque las diferentes instituciones una y otra vez han elevado el llamado de atención por el tipo de violencia[1], su acción ha sido ineficiente y estérilmente burocrática.

En datos de la Unicef, al 2024 en el mundo 370 millones de mujeres e infantes han sufrido abusos sexuales antes de los 18 años; una proporción siete veces superior al número de habitantes de nuestro país. En América Latina y Caribe los datos sobre infantes víctimas de violencia sexual alcanza el 90 % de nuestra población nacional, dado que 45 millones de niños y niñas son reportados como víctimas, en el mundo los reportes alcanzan un 18 % del total mundial.

Estas situaciones afectan al conjunto de niños e infantes de las familias proletarias; en su mayoría, segmentos poblacionales que en el lenguaje de los organismos internacionales se asumen la identidad de poblaciones frágiles. En estos casos son las niñas las que experimentan el mayor nivel de riesgo, pese a que los niños también son objeto de lesiones a su integralidad física, moral y espiritual[2].

Un cambio estructural es necesario

No es la primera vez que una calamidad de este tipo asombra a la nación; tampoco hace parte esta lastimosa situación de un concierto de testimonios y hechos extraños; pues, Colombia cuenta con una oscura tradición en la materia, lamentable legado que aturde con enorme contundencia nuestra personalidad moral como sociedad y obliga nuevamente a nuestro examen estructural.

La tragedia que hoy empaña a la familia de Sofía Delgado se carga a la pesadez nacional, sin ninguna posibilidad de evadir la decepción. El hecho castiga como capataz moral la conciencia común, en un país que no ha construido los principios que emancipen las bajezas e impulsos más despreciables de los instintos individuales que, finalmente, reflejan los niveles de irracionalidad de nuestra propia lógica moral como sociedad.

Esa lógica moral invertida nos ha conducido a naturalizar las situaciones obscenas de degradación social e individual y operar frente a ellas de forma irracional y estéril; demostrando así el fracaso de los mecanismos institucionales erigidos para guiar nuestra convivencia social. Ante los cimentos y pilares, que han fallado en su ambición de universalizar los imperativos morales y éticos, se requiere reformularse y reconstituirse como parte de la tarea de construcción de la nueva sociedad, en lógica de una verdadera relación humanista.

Referencias
[1] Sobre la cuestión se plantea: “De acuerdo con el ente de control, según los reportes de la Estadística Delictiva de la Policía Nacional, entre enero y agosto del año 2023, se presentaron en el país 8.295 delitos sexuales contra menores de edad; de los cuales 4.605 fueron contra niños y niñas y 3.690 contra adolescentes”.
[2] Al respecto afirma Russell: “Estamos asistiendo a horribles actos de violencia sexual en zonas de conflicto, donde la violación y la violencia de género se utilizan a menudo como armas de guerra”.
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img
Análisis

Variables y límites de la seguridad pública y ciudadana en la ciudad región Bogotá- Cundinamarca

El primer hecho se refirió a la captura de alias “Shaquille”, principal cabecilla del Tren de Aragua en la...
- Advertisement -spot_img

Lo Último

- Advertisement -spot_img