Contribución de CRI Suiza REDHER
Empezando en Alemania, el movimiento de los agricultores indignados lleva casi un mes de revueltas, a esta movilización se unió tambien Francia, Bélgica, Italia, Grecia y los Países Bajos. Todo empezó con la propuesta de tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Este tratado permitiría importar a la Unión Europea productos agroindustriales sudamericanos a bajo precio, a pesar de que esta agroindustria es fuente de desastres climáticos y no respeta las normas sanitarias impuestas en Europa.
Los agricultores exigieron el fin de las negociaciones entre Mercosur y la UE, pero poco a poco el movimiento campesino empezó a plantear reivindicaciones más amplias sobre sus condiciones de trabajo. Desde el inicio de la presidencia de Macron en 2017, Francia se desliza hacia una creciente derechización del campo político. Las políticas son en gran medida antisociales y autoritarias, yendo en contra de las instituciones democráticas del país, surgiendo varios movimientos antigubernamentales, entre los que destacan los chalecos amarillos en 2018.
Desde entonces, la represión contra los movimientos sociales ha sido fuerte, y la violencia policial que ya se ejercía contra la población racializada de Francia se dirige ahora contra cualquier oposición política en el país. El Movimiento de los Campesinos Enfurecidos es el primer movimiento masivo y popular desde los Chalecos Amarillos.
Los agricultores franceses, e incluso europeos, están sometidos a medidas burocráticas
abrumadoras y alejadas de la realidad de la agricultura. En Francia, los agricultores están sometidos a controles repetidos y agresivos, y a tener una administración irreprochable a riesgo de que se les niegue el acceso a subsidios necesarios para la supervivencia del campesinado local o que se les confisque su producción agrícola. Los agricultores reclaman una simplificación drástica de las medidas de control administrativo, siempre que no debiliten las normas que protegen la salud y el medioambiente.
Los agricultores ganan en promedio 1.475 euros (4.252,850 pesos colombianos) al mes, lo que es menos que el salario mínimo francés. Así las cosas, la segunda medida exigida es que el Estado controle las compras de los supermercados de gran distribución agroalimentaria para garantizar ingresos suficientes a los productores y que se cubran los gastos de producción, ya que esto no está sucediendo y los salarios son menores a sus gastos.
Las condiciones de la agricultura en Francia son deficientes: las tierras son acaparadas por grandes dueños de la agroindustria que explotan los recursos de la naturaleza y los seres humanos. Los grandes grupos de presión de los agricultores, como la FNSEA, imponen al gobierno medidas anti ecológicas y capitalistas para ir absorbiendo a los pequeños agricultores, como lo es continuar con sus negocios agrícolas y aumentar la competencia entre los agricultores.
Por último, el tratado europeo/Mercosur es un desastre para nuestros dos continentes: este tratado provocará una explosión de la competencia entre los campesinos europeos y sudamericanos, cuando necesitamos una respuesta campesina internacional para luchar contra el capitalismo. Además, este acuerdo hará bajar los precios tanto para los campesinos sudamericanos como para los transatlánticos, lo que no contribuirá en nada a mejorar las condiciones materiales de ninguno de ellos. Por último, la creciente demanda de productos sudamericanos baratos por parte de la agroindustria aumentará el acaparamiento de tierras por parte de los grandes terratenientes, la violencia paramilitar, la deforestación y el desplazamiento de la población.»¡La lucha de nuestros compañeros campesinos en Europa es también una lucha internacionalista por unas condiciones de trabajo dignas y contra el neoliberalismo!».
Referencias
Position et appel des Soulèvements de la terre sur le mouvement agricole en cours
Décrypter le mouvement des agriculteurs
Postura y llamamiento de los ‘Levantamientos de la Tierra’ sobre el movimiento agrícola en curso
Acuerdo Comercial UE-Mercosur: Una Amenaza para los Derechos Campesinos y la Naturaleza