Hace veinte años, el 5 de agosto Colombia fue testigo de un brutal y doloroso capítulo en su historia de violencia contra líderes sociales y sindicales. Leonel Goyeneche, Alirio Martínez y Jorge Prieto, defensores de los derechos laborales y agrarios, fueron asesinados en un acto de barbarie perpetrado por miembros del Ejército. Esta masacre no solo despojó a sus comunidades de tres invaluables líderes, sino que también envió un escalofriante mensaje de terror a todos aquellos comprometidos con la justicia social y la equidad laboral.
Leonel Goyeneche, Alirio Martínez y Jorge Prieto eran lideres destacados en sus respectivas luchas. Goyeneche dedicó su vida a mejorar las condiciones laborales y promover la justicia social. Martínez, con su incansable trabajo en favor de las comunidades campesinas, se destacó por su defensa de los derechos agrarios y su oposición a la explotación. Prieto, un líder sindical, reconocido por su compromiso en la protección de los derechos de los trabajadores, trabajó arduamente para promover la equidad en el ámbito laboral. Su pérdida representa una herida abierta en el movimiento por la justicia social en Colombia.
Por otra parte, Raquel, una sobreviviente de la masacre recuerda con dolor dicha barbarie menciona que: “Junto a un muro, entre tablas, nos masacraron, luego dijeron que había sido combate. Pueblo araucano, pueblo colombiano, pueblos del mundo, nunca, jamás hubo combate. Nosotros no teníamos armas, porque nuestras únicas armas son las palabras, nuestra principal herramienta es nuestra voz. Para llegar a la gente, como lo hago ahora con todos ustedes, me valgo de esta voz. Pueblo araucano, pueblo del centro-oriente, pueblo colombiano, pueblos del mundo, mi resistencia está en la palabra. Mi resistencia consiste en jugar con las palabras y narrar las historias que no contamos y que muchas veces olvidamos y levantamos un monumento a la desmemoria.”
En ese sentido, la conmemoración de estos veinte años de su muerte en la vereda Caño Seco, Saravena, coincide con la llegada de la Caravana Humanitaria por la Paz, la Vida y la Permanencia en el Territorio. Esta caravana, compuesta por comunidad internacional, defensores de derechos humanos y organizaciones sociales, simboliza una poderosa declaración de resistencia frente a la violencia y la injusticia. La Caravana honra la memoria de los líderes asesinados y reafirma el compromiso con su lucha por un país más justo y equitativo.
El evento no solo conmemoró la vida y el legado de Goyeneche, Martínez y Prieto, sino que también destaca la urgente necesidad de fortalecer la protección de los defensores de derechos humanos en Colombia. La memoria de estos líderes debe servir como un llamado a la justicia y a la rendición de cuentas, recordando que, a pesar de los avances, aún persiste la impunidad y la violencia que enfrentan quienes luchan por la justicia social.
La presencia de la Caravana Humanitaria en esta conmemoración es a la vez simbólica y poderosa. Representa una afirmación contundente de que, a pesar de la violencia y la represión, las voces de los defensores de derechos humanos no serán silenciadas. Es un testimonio de la resiliencia y la determinación de quienes luchan por la paz y la justicia, y una manifestación de que la memoria de los lideres sociales permanece viva en las acciones y en los corazones de aquellos que continúan su legado.
La conmemoración de estos veinte años es un momento de reflexión y renovación de los compromisos con los principios de justicia y dignidad que estos líderes defendieron hasta el final. Su legado sigue siendo una fuente de inspiración para las generaciones presentes y futuras, y su lucha por un Colombia libre y soberana que continúa con renovada fuerza.
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