El 21 de marzo el Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional de Colombia – UN designó rector para el periodo 2024 – 2027. El designado fue José Ismael Peña Reyes, vicerrector de la sede Bogotá, hecho que desembocó en una asamblea extraordinaria de estudiantes, en plantones y movilizaciones.
La decisión tomada fue contraria a lo expresado por los estamentos de la comunidad universitaria (Docentes, Estudiantes, Egresados) en la consulta en la que el profesor Leopoldo Múnera Ruíz fue el absoluto ganador mientras que Ismael Peña ocupó el tercer lugar. El hecho no solamente despertó la indignación del estudiantado, también las dudas sobre lo que en dichas instancias realmente ocurrió.
El proceso implicó diferentes maniobras nada envidiables a las grandes conspiraciones: reuniones de ajuste, amenazas escuetas, métodos de votación analíticamente amañados, silencios sospechosos frente a la comunidad universitaria y sobre todo masiva inconformidad.
El día lunes 18 de marzo en sesión de la coordinadora estudiantil amplia en la Facultad de Derecho y Ciencias políticas, se hizo una sugerente denuncia pública, se planteó que una considerable parte del CSU sostuvo reunión con el ex rector Ignacio Mantilla, para sintonizar la manera de proceder frente al proceso de elección final de la rectoría. Sin embargo, a fin de orientar de alguna manera las suspicacias frente a las razones que explican la actual situación, decidimos indagar más sobre el asunto y pese a que aún las informaciones son parciales, pudimos establecer alguna trazabilidad que nos permite analizar la situación.
La almendra del asunto está en la definición del método de votación. Según indagaciones preliminares, el bloque de Mantilla propuso que esta combinará el método de votación cóndorcette, metodología de votación múltiple y ponderada y la votación directa. Esto en dos fases de desarrollo que llevo 5 rondas de votación. Una fase de descarte de candidatos y una final de selección con el residuo de candidatos. La contrapropuesta vino de parte de los tres representantes del gobierno que plantearon votación nominal y pública; al final se definió por votación abierta de 5 a 3 la propuesta de método combinado, avalado por parte de los representantes de los estamentos universitarios sobre la base del principio de autonomía universitaria, pese a que dicha definición distorsionaba la linealidad del proceso del mecanismo de votación directa.
Así, el proceso se desarrolló en 2 rondas: a) mecanismos de voto múltiple y ponderado para simplificar la cantidad de candidatos y proceder a b) la votación directa en 3 rondas finales. En la primera ronda del voto ponderado se planteó obligatorio votar por todos los candidatos sobre la base de un puntaje asignado de 1 a 5, los candidatos con mayor votación quedaban habilitados para seguir el proceso, según las informaciones receptadas hasta el momento fueron: Leopoldo Múnera, Ismael Peña y Esteban Sastre.
La segunda ronda de voto ponderado se organizó de 1 a 3, según la cantidad de candidatos derivados de la primera ronda, los candidatos que pasaron fueron: Esteban Sastre e Ismael Peña. Según lo indagado por nuestro medio, en esta fase el candidato de las mayorías fue dejado de camino y en las tres última rondas de voto directo esta posibilidad había sido anulada.
De las tres rondas finales en dos a causa del voto en blanco fue imposible elegir rector. Estas dos rondas habían quedado en la primera con 4 votos en blanco, 1 voto por Esteban Sastre y 3 por Ismael Peña y en la segunda 4 votos en blanco y 4 por Ismael Peña. El asunto se definió en la tercera ronda donde el residuo final arrojo el resultado de 3 votos en blanco y 5 por Ismael Peña. La sorpresa fue de gran tamaño por cuanto de todos los candidatos el electo era el de menos posibilidades concretas de coronar su elección.
El resultado cayó como un baldado de agua fría en los amplios sectores de la comunidad universitaria de la (UN), quien desde hace días venían exigiendo se respetase los resultados de la consulta universitaria que habían arrojado una victoria contundente al profesor Leopoldo Munera Ruíz. El estudiantado desde tempranas horas del día se impacientaba y como quien intuye una traición.
Pese a ello los resultados se dieron arrojando un cuestionable producto, se considera incorrecto no respetar la definición contundente de la consulta universitaria, también que no sean transparentes los procesos y sobre todo que los arreglos institucionales garanticen la permanecía de las burocracias académicas que han subido la universidad pública en su más profunda crisis.