En un comunicado, las Juntas de Acción Comunal (JAC) de las veredas Los Colorados, Chinivaque y Rodrigoque, junto a la Junta de Gobierno Campesina del TECAM Renacer Salinero, denuncian que el programa «Caminos para la Paz Total» es hoy un monumento al incumplimiento y la asfixia financiera.
A través del documento, las comunidades advierten que el Instituto Nacional de Vías (INVIAS) y la empresa interventora ALDEIC S.A.S. han bloqueado sistemáticamente el flujo de recursos, obligando a las organizaciones populares a endeudarse para no dejar morir las obras que el Estado prometió financiar.
La burocracia y la interventoría: Enemigos de la gestión popular
El proyecto presenta retrasos en los desembolsos superiores a un año. Según denuncian las JAC y la asociación ASONALCA, el ingeniero Eduardo Vanegas, al frente de la interventoría de ALDEIC S.A.S., ha impuesto una maraña de trabas administrativas que imposibilitan el pago oportuno.
«Esta situación no es un simple error técnico; es una muestra de cómo la lógica del lucro y la mentalidad de los contratistas privados chocan frontalmente con la gestión popular«. Mientras las Juntas de Acción Comunal y las comunidades campesinas desarrollan el proyecto y con su escaso capital logran avanzar en los caminos, la interventoría y el INVIAS, detrás de sus escritorios, vulneran la confianza comunitaria y ponen en riesgo la estabilidad económica de las Juntas.
Del «Gobierno del Cambio» a los eslóganes vacíos
Para el campesinado organizado del TECAM Renacer Salinero Fortaleza del Casanare, el diagnóstico es claro: el abandono histórico del Estado sigue intacto. Las promesas de un «campo para la vida» y de transformaciones estructurales parecen haberse quedado en eslóganes electorales que no se materializan en el territorio.
«Las llamadas alianzas público-populares se han quedado en declaraciones sin respaldo real… promesas que embaucan mientras las acciones concretas siguen sin materializarse», señala la denuncia pública de las comunidades.
En las problemáticas denunciadas se evidencia que el discurso oficial choca con las condiciones materiales y las necesidades de la infraestructura vial en óptimas condiciones. Para las comunidades, esta es una prueba de que el desarrollo no puede seguir dependiendo de las clientelas políticas ni de la buena voluntad de un gobierno, sino de la fuerza propia de la organización.
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El llamado: ¡Movilización y unidad campesina!
Frente a la desidia del INVIAS y el Gobierno Nacional, el campesinado de La Salina no da un paso atrás. Sus exigencias son claras:
Pago inmediato: Honrar la palabra y desembolsar los recursos adeudados sin más dilaciones burocráticas.
Respeto a la autonomía: Que la interventoría deje de ser un obstáculo para la ejecución popular de las obras.
Unidad departamental: Convocan a todas las Juntas Comunales de Casanare afectadas por incumplimientos similares a encontrarse y organizar una respuesta conjunta.





