lunes, octubre 27, 2025

Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida llega a Colombia: las voces del Sur Global exigen justicia climática y soberanía sobre los territorios

La Caravana llegó al Ministerio de Ambiente en Bogotá, donde comunidades y organizaciones del Sur Global denunciaron los impactos del extractivismo y exigieron justicia climática. El recorrido, que atraviesa Mesoamérica rumbo a Brasil, busca tejer una alianza continental por la defensa del agua, la tierra, la vida y la permanencia en el territorio.

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La Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida llegó el pasado viernes al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia para visibilizar las denuncias de comunidades y colectivos que defienden el territorio, el agua y la vida frente al avance de megaproyectos extractivos, eólicos, mineros, hidroeléctricos y gasoductos en territorios indígenas, campesinos y afrodescendientes en toda Nuestra America.

Este proceso político y territorial, impulsado por pueblos y organizaciones del Sur Global, recorre Mesoamérica rumbo a Belém do Pará, Brasil, sede de la 30ª Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP30); la caravana llegará a Brasil en rechazo al protagonismo corporativo que ha desplazado las verdaderas soluciones climáticas, denunciando que la crisis ambiental no es sino una expresión más de la crisis del capital: un sistema que convierte la naturaleza en mercancía y la vida en ganancia.

Un camino continental por la vida

Desde su partida el 4 de octubre en territorio Yaqui, Sonora (México), la Caravana ha recorrido más de 4.000 kilómetros, tejiendo solidaridades entre pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos, migrantes, mujeres y juventudes de toda Mesoamérica.
Ha pasado por Michoacán, Ciudad de México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá y Colombia, llevando un mensaje común: la justicia climática no vendrá de las élites financieras ni de los gobiernos que negocian la naturaleza como mercancía.

En el trayecto, las delegaciones han enfrentado represión y bloqueos, como el caso del régimen hondureño que impidió su paso terrestre hacia Costa Rica a pesar de contar con todos los permisos migratorios. Aun así, la Caravana siguió adelante, convirtiendo la adversidad en un símbolo de resistencia colectiva y solidaridad transfronteriza.

“Nosotros denunciamos la complicidad de los gobiernos y de los mecanismos internacionales con este sistema financiero de muerte que extrae la vida de nuestros territorios”, explicó Diana, coordinadora global de Deuda por clima, una de las organizaciones impulsoras del recorrido.

El paso por Colombia: denuncias y esperanza

En Bogotá, las comunidades participantes entregaron al Ministerio de Ambiente testimonios de las problemáticas que aquejan a sus territorios como: el despojo, la contaminación, la criminalización y las falsas soluciones climáticas, junto a demandas concretas de transformación del modelo económico. Desde una visión anticapitalista y antimperialista, reafirmaron que los pueblos no llegan solo a denunciar, sino a proponer caminos propios hacia una transición justa y popular.
Entre las principales denuncias figuran:

  • La expansión de megaproyectos mineros, hidroeléctricos, eólicos y gasíferos, que alteran ríos, suelos y ecosistemas vitales.

  • La mercantilización del agua y los territorios, promovida a través de los llamados “canjes de deuda” o “bonos de carbono”.

  • El incumplimiento de la consulta previa, libre e informada, usada como formalidad para legitimar el despojo.

  • La militarización de los territorios y la criminalización de las personas y organizaciones defensoras de la vida.

“Sabemos que ninguna solución va a venir de esos espacios como la COP. Esta caravana es un espacio de denuncia, pero también de tejido entre pueblos que defienden la vida y resisten al capitalismo verde”, agregó Diana.

La jornada frente al Ministerio se convirtió en un acto de visibilización y encuentro. Voces de procesos campesinos, indígenas y urbanos coincidieron en que la crisis climática no es un fenómeno natural, sino consecuencia del modelo capitalista y extractivista impuesto por la acumulación desmedida de las las potencias y las corporaciones.

Deuda, extractivismo y colonialismo climático

La Caravana denuncia que la llamada “transición energética” está profundizando la desigualdad al reproducir el mismo modelo de saqueo bajo un discurso verde.
Los países del Norte son los verdaderos deudores. No pueden seguir imponiendo deuda a los pueblos del Sur cuando son ellos los responsables históricos del colapso climático”, señaló la vocera de Deuda por clima

El movimiento reivindica la anulación de las deudas ilegítimas, tanto financieras como ecológicas, y la necesidad de construir una justicia climática decolonial, donde los pueblos sean reconocidos como guardianes del agua, los bosques y la biodiversidad.

Tejer redes para defender la vida

Más allá de la denuncia, la Caravana es también un espacio de encuentro, aprendizaje y articulación. Durante su paso por cada territorio se han realizado asambleas, ceremonias, actos culturales y foros para fortalecer los lazos entre procesos de base.

“Tejemos redes para que nuestras luchas no estén aisladas, para que nuestras voces atraviesen fronteras y se escuchen donde el poder intenta silenciarlas”, concluyó Diana

El recorrido hacia Belém do Pará busca culminar con una declaración continental por la vida, construida desde las resistencias territoriales, como alternativa a las negociaciones vacías de la COP30.

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