Durante tres días cargados de música, arte y manifestación, el Cuarto Festival Un Grito por el Agua se celebró con éxito en la región de Santander, en el Parque Principal de San Gil, la Capital Turística de Santander. Este evento, que se ha consolidado como un espacio de encuentro con el objetivo de generar conciencia y defender las fuentes hídricas del sur de esta región; el espacio reunió a artistas, organizaciones sociales, campesinos y familias para alzar su voz en favor del derecho al acceso al agua y a la protección de los recursos naturales.
El festival incluyó una variada programación cultural y social que unió a la comunidad a la defensa del agua, como un derecho fundamental para la vida. Las actividades abarcaron conversatorios, presentaciones musicales, muestras de arte visual y la participación activa de artesanos de la región, quienes compartieron sus creaciones con un enfoque en la conservación ambiental.
Además de las presentaciones musicales, el festival contó con batucadas, exhibiciones de arte visual, grabados y otras manifestaciones culturales que buscaron conectar a los asistentes con la realidad de las fuentes de agua y un llamado a la conciencia colectiva sobre la importancia de proteger los recursos naturales.
El festival en palabras de sus coordinadores
Sergio Monsalve, coordinador del festival, explicó la importancia de este evento en un contexto de creciente preocupación por la proliferación de pequeñas centrales hidroeléctricas en la región. En declaraciones para la Radio Nacional de Colombia, Monsalve señaló que más de 34 pequeñas hidroeléctricas están operando en el sur de Santander, lo que pone en peligro los ríos locales y, por ende, representa una amenaza para el equilibrio ambiental y para el acceso al agua en varios municipios donde ya se registraban problemas de abastecimiento.
Pliego y exigencias
El Festival Un Grito por el Agua también se presentó como un espacio para la elaboración de un pliego de peticiones que exige la defensa del agua, la vida y la permanencia en los territorios. A través de los conversatorios, las organizaciones sociales, campesinas y ambientales, expresaron su rechazo a las políticas extractivistas que continúan colocando en riesgo la sostenibilidad de las fuentes hídricas y el acceso al agua en las comunidades rurales.
Las actividades realizadas buscaban no solo denunciar estas problemáticas, sino también construir propuestas que promuevan un modelo de gestión más justo y sostenible para el agua. En este sentido, el arte y la cultura demostraron ser herramientas poderosas para la movilización social y la sensibilización sobre la defensa del medio ambiente.
El evento reafirmó nuevamente la importancia de reconocer el agua como un derecho humano fundamental y su rol esencial para la vida. A través de la unidad, Un Grito por el Agua se consolidó como una manifestación de esperanza y resistencia frente a las amenazas que enfrentan los recursos hídricos en Santander.
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