El debate de la precariedad laboral de los trabajadores mineros en Socha, Boyacá, se centra en varios factores fundamentales como la informalidad, el tipo de contrato a destajo que conlleva inestabilidad laboral, bajos salarios, y riesgos para la salud que han resultado en índices altos de accidentes y mortalidad.
Desde la Asociación de Trabajadores para la Vida Digna –ASOTRAVID–, organización que articula procesos de lucha por la dignidad de los sectores populares en el Centro Oriente colombiano, se ha venido documentando y denunciando esta realidad minera. Con base en el testimonio directo de los trabajadores y en el análisis de las condiciones estructurales del modelo extractivo, ASOTRAVID expone en este análisis las múltiples formas en que se reproduce la precarización laboral en la región y plantea un llamado urgente a la organización obrera para dignificar la vida de quienes, a costa de su salud y su futuro, sostienen la riqueza de la industria carbonera.
LOS INDICES DE MORTALIDAD LABORAL NO DAN TREGUA A LOS TRABAJADORES MINEROS
El 19 de junio, falleció Marcos Pérez, minero del sector de El Hato, municipio de Sativanorte, Boyacá. Complicando aún más el panorama, en el municipio de Socha se han presentado innumerables accidentes en la historia de explotación carbonera, uno de los últimos ocurridos, sucedió en la mina el Pino de propiedad de la Cooperativa de Productores de Carbón de la Provincia de Valderrama (Cooproval), el accidente se presentó el 18 de febrero de 2025 dejando sin vida al minero Luis Fernandez, quien era oriundo de Socha y residía en el sector Costa Rica de la vereda El Alto, así como también dos heridos.
Según un informe de la Agencia Nacional de Minas ANM, Boyacá fue el departamento con peores resultados en accidentalidad minera, para la década del 2011 al 2021 el departamento tuvo accidentes que terminaron en 333 muertes en minas y canteras. Por ejemplo, en los primeros 6 meses del 2023 en Socha y Samacá se presentaron 4 accidentes que dejaron un total de 8 muertos, mientras que en todo el departamento la cifra se elevó a 18, por otra parte el 2024 se ubicó con 39 fallecimientos.
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Estas cifras reflejan un patrón sostenido de riesgo y desprotección en la actividad minera del departamento, la persistencia de la accidentalidad minera en Boyacá no es producto del azar, sino de un modelo extractivo que sacrifica vidas humanas en nombre de la rentabilidad. La frecuencia de los accidentes y su concentración en municipios como Socha y Samacá evidencian la ausencia de condiciones laborales seguras y de una regulación efectiva. Lejos de ser hechos aislados, estos datos dan cuenta de una realidad estructural que expone a los trabajadores a un alto nivel de vulnerabilidad, naturalizando la muerte y el accidente como parte del ejercicio laboral cotidiano para garantizar el sustento diario.
Desde ASOTRAVID se habló con mineros de la región, ellos manifiestan que saben que todos los días corren el riesgo de dejar huérfanos a sus hijos y no volver a ver, servir y compartir con su familia, sin embargo, dicen: “no nos queda de otra, es ir a la mina y arriesgarnos o no tener que llevar a la casa”, mientras muchos otros que han visto morir a sus compañeros casi en sus propios brazos, han sufrido accidentes en carne propia o han tenido que ver sufrir a sus propios familiares mineros en medio de accidentes, han optado por inclinarse por el sector agropecuario, pues dicen: “es que cuando se acabe la mina ya sabemos hacer otra cosa”, “no queremos depender mas de la inseguridad laboral”, “el carbón me está matando y está dañando a la naturaleza, yo no quiero ya participar en ese daño”.
LOS SALARIOS Y LOS TIPOS DE CONTRATO LABORAL QUE PRECARIZAN AL MIINERO
Por otro lado, al analizar las tasas de explotación del trabajador minero y la tasa de ganancia del dueño de las minas, se observa que en la región en promedio un trabajador minero gana $2.700.000 y que la mayoría del trabajo se hace a destajo (por lo que producen en el día). La tarea generalmente se realiza entre dos trabajadores, que deben sacar como mínimo 10 góndolas al día, que se supone son de 1 tonelada, pero que cuando llegan a los patios pesan en promedio 1.4 toneladas, porque el empleador le manda a poner tablas a las góndolas y plástico para que queden con un montículo alto.
En ese orden de ideas, lo que realmente producen los dos trabajadores son 14 toneladas diarias. Sí se tienen en cuenta los tres precios de referencia que existen: el precio en patio en Paz del Rio o Socha que está en $200.000= pesos la tonelada, el precio base del carbón térmico con la resolución N°000833 del 30 de septiembre de 2024 que está en $237.000 pesos y el precio internacional que esta en USD104, que en pesos colombianos son $431.600; en promedio el precio del carbón está en $289.500.
Este análisis destaca entonces que los dos trabajadores producirán en el mes un aproximado de 320 toneladas, estas costarán en promedio en el mercado $92.640.000, pero a los dos trabajadores la compañía les remunera con $5.500.000 el mes por esa cantidad de producto. El costo por tonelada del trabajo de los trabajadores, teniendo en cuenta que es todo el necesario para sacarlo de las entrañas de la tierra para ponerlo a disposición queda en menos de $17.200. Eso demuestra que en menos de 3 días de trabajo, las compañías carboníferas ganan el dinero que le pagan al mes a estos dos trabajadores y se quedan con los otros 27 días que representan la ganancia de la compañía $87.140.000 que es una tasa de ganancia de casi 16 veces más lo que ganan los dos trabajadores.
Es así que desde ASOTRAVID, hacemos un llamado a la organización de los trabajadores mineros explotados para exigirle a las compañías carboníferas mejores condiciones laborales que eviten los accidentes en las minas, que producen heridos y muertes en el sector carbonero. Así mismo, es urgente exigir un aumento en los salarios de los trabajadores, acorde con los altos precios del carbón. En definitiva es un llamado a la organización obrera para exigir condiciones para dignificar la vida de los que producen la riqueza.