Trochando Sin Fronteras, noviembre 27 de 2017
Por: Mauricio Reyes – @MauricioTSF
Desde la democracia griega hasta la democracia en nuestros días, se han introducido cambios significativos en la forma de concebir la participación de la sociedad en los asuntos del Estado. También se ha cambiado la forma como se relacionan e interactúan aquellos individuos que por mandato popular se encuentran en los debates a la hora de construir una sociedad diferente.
En Colombia podemos encontrar toda clase de estos individuos, existen aquellos que por sus largos periodos en los escenarios tienen un fortín electoral y ya no necesitan los votos, por el contrario piden botox para renovar su imagen y mantenerse regios en la cámara de representantes y el senado, su labor fundamental es robar y dormir. Aunque jocosamente digan que solo cerraron los ojos para descansar un momento.
Pero también hay algunos que hasta ahora inician y su juventud les da la posibilidad de camuflarse, de ser todos unos camaleones: son amarillos, rojos, van en unidad o pretenden ser independientes, utilizando el “voto de opinión” para atraer incautos.
¡De esta clase de individuos líbrame señor! Visten a la moda: camisas manga larga, polo, pantalón, pero de los poros de su piel o de sus zapatos sin medias pueden aflorar olores nauseabundos.
¿Pero se puede juzgar a un individuo por estas razones? Hay que analizar que lo nauseabundo no es lo que transpira, es su forma de pensar y actuar; su discurso de democracia demuestra que lo único que quiere es poder. Aquel que difamando o con dinero compra conciencias o para quien su idea de democracia no se basa en el debate y en el escuchar al otro.
Estas actitudes reafirman aquello que dice atacar con vehemencia: la idea del Estado y las élites donde los únicos espacios para para que el pueblo participe se limitan a las urnas, demostrando que su apuesta política está ligada a lo individual, y en su afán de poder hasta aísla y destruye a personas dentro de su mismo proyecto político, evidenciando que su idea de democracia es simplemente saltar de los votos al botox.