Trochando Sin Fronteras, junio 27 de 2019
Comunidades y trabajadores se mantienen la voluntad de negociación y continúan en movilización, tras el abandono unilateral de Ecopetrol y Cenit el 26 de junio en la mesa de negociación.
Luego de un día de reunión la estatal petrolera y la empresa Cenit se levantaron de la mesa y abandonaron la negociación, demostrando una vez más la falta de interés por dialogar y concertar con las comunidades y trabajadores. Ecopetrol y Cenit abandonaron la mesa aludiendo; “Las comunidades no han permitido la reparación del oleoducto en la vereda la Pava y el ingreso de carrotanques en el sector Cedeño” señalamiento que se logró desvirtuar ante los facilitadores, tras consultas telefónicas hechas por el Coronel Traslaviña, el cual verificó la falsedad de la información, y evidencio una estrategia para dilatar y llevar a otros escenarios esta negociación.
Las comunidades movilizadas, la Unión Sindical Obrero USO subdirectiva Arauca, la Subdirectiva Unica de Oleoductos -SUO-, y el Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente colombiano, dejó el precedente ante la opinión pública regional, nacional sobre el levantamiento unilateral luego de 77 días de movilización mediante un comunicado público[1].
La actitud arrogante e intransigente de ECOPETROL y CENIT devela que no les asiste el menor ánimo conciliatorio y de resolver los reclamos legítimos de la comunidad y trabajadores movilizados por medio del dialogo y la concertación y que, por el contrario, como se ha vuelto costumbre en Colombia, la salida que buscan es a través de la represión y violencia.
Para Asael Torres Santos vocero del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente colombiano: “Es indignante que tras 5 intentos fallidos las comunidades, trabajadores y organizaciones sociales llegamos a la mesa planteando las propuestas y el pliego y revisándolo, Ecopetrol y Cenit llega sin ningún tipo de propuesta lo que hace que la mesa se dilate”.
Ante esta falta de voluntad y diálogo las comunidades, los trabajadores y las organizaciones sociales temen por agresiones o represión por parte de la Fuerza Pública contra las comunidades movilizadas y sus representantes en la Mesa de Interlocución. Las empresas petroleras dejan entrever una vez más sus políticas represivas y falta de voluntad para concertar.