Recordemos que desde el 4 de junio las más de 600 organizaciones que componen el Congreso de los Pueblos realizaron una movilización en Chocó, Cauca, Cesar, Barrancabermeja y Bogotá. Esta movilización buscaba instalar la mesa y discutir un cambio en la Doctrina de Seguridad Nacional, el Desmonte del Paramilitarismo, la implementación de mecanismos de protección y planes de reparación a las comunidades víctimas de la violencia paramilitar y paraestatal.
En las intervenciones de las vocerías se destacó el reconocimiento a la labor de las comunidades movilizadas en las carreteras y calles del país.
“Es la fuerza del pueblo, la organización social y la movilización lo que hacen posible las transformaciones y las garantías de la permanencia en el territorio”. Sonia López, Vocera del Congreso de los Pueblos.
Sonia López recalcó que las comunidades exigen las garantías básicas para la labor social, la vida y la permanencia en los territorios, habló de la necesidad del fortalecimiento a los procesos comunitarios y populares en cada una de las regiones y el cumplimiento de los diferentes acuerdos que se han establecido y que han sido incumplidos por los gobiernos anteriores.
La movilización realizada también se unieron integrantes de los Procesos de Comunidades Negras -PCN-, la Unión Sindical Obrera en Barrancabermeja y la Central Unitaria de Trabajadores Sub directiva Arauca quienes en las calles y a través de pronunciamiento apoyaron las exigencias del Congreso de los Pueblos.
Es de aclarar que las exigencias de las comunidades representan el sentir de los territorios, en los que el paramilitarismo asesina, desplaza y amenaza, en connivencia y complacencia de las fuerzas militares, caso Chocó y Sur de Bolívar, o en Arauca, departamento en el que paramilitares disfrazados de disidencias de FARC pretendieron exterminar al movimiento social.
Ante la situación en los territorios y la movilización, Adelso Gallo, el líder campesino del Coordinador Nacional Agrario, aseguró:«… mientras no cambien las condiciones de retaliación, represión del Estado y las condiciones de vida de la población, la movilización seguirá siendo el instrumento para garantizar la defensa de la vida y el territorio», refiriéndose a esas condiciones en el territorio.
Luego de la firma del acta de acuerdo, las comunidades iniciaron en la mañana del 6 de junio una serie de asambleas en los refugios humanitarios para socializar lo acordado y la ruta a seguir. En Bogotá, con la presencia de delegados de la Nunciatura Apostólica y del Ministerio del Interior, los movilizados entregaron los lugares en los que realizaron los refugios y exigieron que se respeten las garantías para retornar a los territorios.