Trochando Sin Fronteras 12 de junio 2016
El tema de hoy en la mesa única nacional de negociación entre la Cumbre Agraria y el gobierno nacional fue la política minero energética y ambiental. Precisamente uno de los puntos álgidos y principales determinantes de las contradicciones socio económicas del país.
Uno de los factores que caracteriza el problema del territorio en Colombia es la presencia de las empresas petroleras en algunos departamentos del país. Éstas, además de llevarse el petróleo sin dejar inversión social, han generado desplazamiento de los campesinos e indígenas, el despojo de las tierras que por años han pertenecido a las comunidades, daños irreparables y destrucción a los ecosistemas que se encuentran cerca (ecocidio), destrucción y desaparición de pueblos indígenas (etnocidio), militarización de los territorios y guerra sucia.
Dichas empresas petroleras, la mayoría de ellas extranjeras, encontraron el Colombia el escenario perfecto para generar inmensas utilidades. Gracias a la política de este país de “confianza inversionista” impulsada por los sucesivos presidentes, las petroleras como Pacific Rubiales tuvieron grandes beneficios tributarios, a pesar de todo el daño que causaron y siguen causando. Por otro lado, una gran parte del territorio nacional ha sido entregado en concesión o mediante otras figuras jurídicas a estas empresas petroleras.
Dada la situación anterior, los campesinos y otros sectores rurales han venido protestando y exigiendo participación activa en las decisiones sobre explotación de recursos naturales. Desde los diversos procesos de movilización congregados en la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, se ha buscado la forma de recuperar territorios invadidos y entregados a las multinacionales. Ya no creen en los gobiernos de turno que han entregado el país, por años, cada vez más pobre y lleno de injusticia social.
Por este motivo, dos de los puntos que contiene el pliego de exigencias son el de tierras y el mineroenergético, ruralidad y agua. Ahí se exponen las condiciones que necesitan los pueblos para poder vivir en territorios en los cuales el ordenamiento territorial sea conciliado y beneficie a las comunidades. Que se regule el uso de la tierra, de tal manera que no sea entregada a los extranjeros, al igual que los recursos que en ella se encuentren. Es decir, que en la mesa de negociación quede claro el tema de tenencia y uso de la tierra, pues ésta debe ser para quien la trabaja y quien ha estado en ella por años, respetando además la dinámica en los ecosistemas estratégicos para la conservación de la vida.
En ese sentido y por esos motivos el pueblo del centro oriente sigue firme en la Minga. por la defensa y permanencia en sus territorios.
Por ello en Charte (Casanare) los manifestantes amenizan el proceso de movilización con un evento de integración a punta de joropo. En la zona comunera de los Santander, los campesinos siguen en pie de lucha, mostrándole a los indiferentes que guardar silencio es ser cómplices de la crisis en la que está sumergida el país. También se encuentran en continuo proceso de actualización de los avances que ha tenido en la mesa única de negociación.
En Saravena, los participantes de la Minga aprovecharon para desarrollar una jornada de aseo en el casco urbano, dando ejemplo de lucha y fraternidad. Los campesinos que se encuentran sobre el puente del río Tame manifiestan que la permanencia de las petroleras traerán muerte, destrucción y suelos estériles, lo cual genera más pobreza. Por eso defienden su territorio y están atentos a la respuesta del gobierno acerca de las exigencias que enviaron por medio de la Cumbre Agraria.
Mientras tanto, en otros puntos de la movilización las comunidades se encuentran realizando denuncias públicas ante nuevos hechos de agresión. En la noche del 11 de junio, efectivos del ESMAD atacaron a la gente concentrada en La Lizama (Santander), quemando el asentamiento y hurtando las pertenencias de los manifestantes. Evidentemente esto constituyó una violación a los acuerdos de garantías a los cuales llegó la Cumbre Agraria con el gobierno nacional. En dicho escenario hicieron presencia la Defensoría del Pueblo y la ONU, a fin de documentar los daños y abusos.
En Puerto Carreño Vichada, efectivos de la Sijin ha estado recorriendo el lugar de concentración asediando a los manifestantes, y la fuerza pública se encuentra muy cerca del lugar provocando a las comunidades e intimidándolas.
En Puerto Gaitán el pueblo indígena Sikuai continúa en asamblea permanente y por dos días desbloquearon la vía, cumpliendo el acuerdo que se generó con el gobierno. Si no se llega a acuerdos sobre el pliego único, proyectan volver a la vía que conecta con el campo petrolero Rubiales.
Por su parte, el pueblo U’wa se movilizó en el sector de La Cabuya, sobre la vía Tame – Hato Corozal – Sácama. Allí se sumaron a la Minga, aunque ya varios de sus miembros se encontraban en otros puntos de la región centro oriente, tales como Tame (Arauca), Cubará (Boyacá) y Cedeño (Norte de Santander).
En Banadías (Saravena, Arauca) las comunidades concentradas realizan una reunión para hablar temas de derechos humanos y reciben una charla acerca de la participación de las mujeres en la lucha social, por parte de la Asociación Amanecer de Mujeres por Arauca -AMAR-.