lunes, mayo 29, 2023

La defensa del territorio una lucha sin descanso

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Foto: Ejercicios Guardia Indígena – Ever Guerrero –

Trochando Sin Fronteras Edición 28  julio – agosto de 2016

Por: Marcela Cruz

En el Centro Oriente los pueblos indígenas siguen en paro. El despojo del territorio ancestral y el saqueo de los recursos naturales son las principales causas de una protesta que crece y es reforzada por comunidades campesinas de Arauca, Cubará y el Sarare Toledano.

El pueblo U’wa, reconocido en el país y en el mundo por su épica lucha contra la transnacional OXY en los años 90, sigue el largo camino de la defensa de su territorio. Esta vez la agresión proviene de la explotación de gas natural por parte de Ecopetrol, en un yacimiento ubicado en territorio ancestral indígena.

Desde el inicio de la Minga Agraria, Campesina, Étnica y Popular la nación U’wa se sumó a esa jornada de protesta nacional con sus propias reivindicaciones. No obstante haber apoyado el pliego único nacional, los U’wa advirtieron que si el gobierno no respondía a sus exigencias específicas, mantendría su manifestación pacífica en predios aledaños a la planta de gas de Gibraltar, en los puntos de Zizuma, la China, Cubugón “Callejón de la muerte” y las fincas Santa Rita, Bellavista y Vega Rica (zona próxima a los municipios de Cubará -Boyacá y Saravena -Arauca-).

Luego de levantada la Minga, y sin avizorar soluciones para la problemática planteada por los indígenas, la protesta continuó. El gobierno envió unos delegados y se hicieron reuniones con ellos el 22 y el 30 de junio pasados, sin resultado alguno. Los voceros gubernamentales no tenían facultad para definir ningún tema y tampoco eran portadores de propuestas serias para resolver las peticiones del pueblo U’wa.

La situación continuó igual, pero la protesta se fortaleció con la participación de campesinos provenientes de Cubará (Boyacá), Saravena, Fortul, Tame y Arauquita (Arauca). Pero no sólo creció el número de manifestantes, sino que también se profundizaron las exigencias de la comunidad.

Al inicio de la protesta, las exigencias fueron la devolución de territorios ancestrales a los indígenas, el arreglo de la Vía o ‘trocha’ de la Soberanía y la distribución del gas natural a centros poblados aledaños al yacimiento, tales como Cubará y Saravena. Pero ante la negligencia del Estado, acompañada de las acostumbradas amenazas de desalojo violento, los indígenas, que a la larga han sido los primeros habitantes de todo este territorio, decidieron suspender la extracción de gas.

El 20 de julio, a las 6 de la mañana, la guardia indígena y campesina ocupó las instalaciones de la planta de gas, exigiendo la suspensión de toda actividad de extracción o bombeo de ese recurso natural, lo cual se produjo de inmediato. En comunicado al respecto, AsoU’wa expresó que se trataba de una acción colectiva pacífica como instrumento para reivindicar los derechos colectivos, territoriales y humanos. Igualmente los líderes de la protesta indicaron que esta era otra acción más encaminada a recuperar y ejercer el control del territorio, acción que permanecerá hasta tanto el Gobierno Nacional cumpla las exigencias de la comunidad.

A partir de esta fecha, la nación U’wa y las comunidades campesinas ya no le exigen al gobierno que cumpla los compromisos pactados en el 2014. Con la fuerte convicción de su derecho a organizar su territorio de manera autónoma, la exigencia se encamina hoy hacia el cierre total de la planta de gas, la salida del territorio de Ecopetrol y de la multinacional que explota el valioso recurso natural en ese lugar ya que los predios en los que se encuentra el yacimiento son propiedad colectiva del pueblo U’wa.

Este no es un hecho ajeno a la historia de la lucha en la región. Los indígenas U’wa y Sikuani en el Centro Oriente de Colombia han adelantado un importante proceso de resistencia para la pervivencia de la humanidad, exigiendo siempre el respeto a la madre tierra y a su cosmovisión, usos y costumbres milenarios.

Ese proceso surgió a causa del despojo del territorio (que fue entregado inicialmente a colonos y luego a empresas extranjeras) y también de la destrucción de los santuarios y sitios sagrados a raíz de la extracción de los recursos naturales, lo que ha roto el equilibrio natural y espiritual.

Históricamente el pueblo U’wa ha protegido el territorio ancestral, que para ellos tiene carácter de sagrado. Esa actitud ante el entorno natural se ha mantenido hasta la actualidad, incluso luego de ser despojados de miles de hectáreas a raíz de la colonización dirigida por el Estado colombiano y la concesión de grandes extensiones de tierra a empresas extranjeras para explotación de recursos, como en este caso. Esta es la lección que han aprendido los campesinos y otros sectores sociales de la región Centro Oriente, quienes han hecho propia la sabiduría ancestral y ha adelantado una lucha mancomunada junto con los pueblos originarios de esta tierra, tal como se demuestra en la actual movilización.

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