martes, octubre 28, 2025

La jornada que planteó una agenda estructural para Colombia

Entre el 13 y el 18 de octubre de 2025, el Congreso de los Pueblos, junto a comunidades indígenas, afrodescendientes, viviendistas y organizaciones campesinas y urbanas, lideró la jornada nacional de movilización “Aquí en la Lucha Transformamos el País”. Las protestas se extendieron por varios departamentos de Colombia, entre ellos Chocó, Valle del Cauca, Cauca, César, Santander y Arauca, movilizando a más de 15000 personas en todo el país.

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En Bogotá D.C., la movilización se concentró en seis puntos estratégicos donde se llevaron a cabo diversas acciones: exigibilidad directa en instituciones del gobierno nacional, jornada de pasaje libre en el sistema de transporte masivo, habilitación de pasos en los peajes de acceso a la ciudad, marchas y una protesta frente a la embajada de Estados Unidos que derivó en enfrentamientos entre manifestantes y la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden -UNDMO- (antiguo ESMAD) luego de que este intentara dispersar y reprimir la protesta.1

El llamamiento de la jornada, según el documento del Congreso de los Pueblos (2025), se orientó a “movilizarnos por el cumplimiento de los acuerdos y las promesas del cambio que aún siguen pendientes, para dignificar la vida de todos los pueblos. Por la eliminación de la Doctrina de Seguridad Nacional y para exigir el Desmonte del Paramilitarismo”. Simultáneamente, se convocó a la sociedad a sumarse a una “movilización ética, política y popular” en solidaridad con el pueblo palestino.2

La jornada de movilización despertó múltiples reacciones y abultó las estadísticas de la permanente agitación y protesta social por la que atraviesa el país. Los registros de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga (COLFECAR) a septiembre de 2025 contabilizan 700 protestas en las carreteras nacionales, 77 más que en el año 2024 (3) ; y según la secretaria de Gobierno de Bogotá al 16 de octubre se contabilizó 1.485 movilizaciones en la capital del país, 252 más que en el año 2024 (4)

Los datos permiten establecer el nivel de irritación de la población colombiana y, en parte, dejan ver los impactos de una grave crisis social que difícilmente ha sido gestionada por parte de las autoridades públicas. Crisis social que tiende a hacerse más aguda y profundizar el conflicto social entre clases en el país y que suele evadirse por parte de los sectores políticos tradicionales, los cuales recurren al ataque y militarización de la protesta social antes de evidenciar los factores estructurales que impulsa permanentemente a las y los colombianos a la convulsión.

Este ciclo de protestas se enmarca en un contexto global de auge de luchas sociales, agudizadas por una crisis capitalista que ha fortalecido el autoritarismo político, económico y militar, desafiando a las democracias liberales. A nivel nacional, coincide con el ocaso del gobierno progresista del presidente Gustavo Petro y con la inminente contienda electoral que renovará el Congreso y elegirá un nuevo presidente.

Una agenda estructural para el país

Cinco días después del inicio de las movilizaciones, las organizaciones sociales, representantes del gobierno nacional y de instituciones garantes (ONU y Defensoría del Pueblo) redactaron un acta de acuerdos en la que se señaló como propósito principal “presentarle a la sociedad y los movimientos sociales una propuesta de país para la vida digna, que se pueda nutrir en el marco de un proceso popular constituyente. El objetivo es impulsar, desde la autonomía del movimiento popular, las transformaciones estructurales por las que históricamente ha luchado.»  (5) 

El documento enumera una serie de demandas centrales que abordan problemas estructurales de Colombia, posicionando un debate de gran calado en la esfera pública a meses de las elecciones:

      1. Soberanía nacional y doctrina de seguridad.
      2. Derechos humanos, crisis humanitaria y desmonte del paramilitarismo.
      3. Participación y transformaciones para la paz.
      4. Reforma agraria y urbana integral y popular.
      5. Política minero-energética y ambiental.
      6. Vivienda y educación.

Para materializar estas demandas, se definieron 13 temas de agenda urgente, llevar a cabo balances y activación de 8 mesas territoriales en proceso de gestión con el gobierno nacional. El seguimiento estará a cargo de una Comisión mixta (gobierno y movimientos sociales) de carácter autónomo y consultivo, que se articulará con un espacio permanente de concertación denominado “Por la Vida y la Permanencia en los Territorios”.

Estas exigencias requieren respuestas institucionales y fiscales, se plantean en una coyuntura compleja, marcada por la precampaña presidencial, las tensiones internacionales por las políticas del gobierno de Donald Trump hacia Colombia y Venezuela, y el debate sobre las finanzas públicas, que culminó con la aprobación de un presupuesto de 546 billones de pesos para 2026.

Reacciones y Contramovilizaciones

Más allá de los logros relativos, la movilización dejó al descubierto tendencias reaccionarias que es crucial analizar para comprender la dinámica social del país.

En primer lugar, se evidenció una estigmatización y criminalización de la protesta social proveniente de diversos frentes. Medios de comunicación conservadores y facciones del gobierno coincidieron en trivializar los reclamos, criminalizar a los manifestantes y deslegitimar la capacidad política de las organizaciones sociales mediante especulaciones y ataques a sus liderazgos.

El ministro del interior, Armando Bendetti aseguró lo siguiente al diario el Tiempo: “Lo más notorio es lo de Congreso de Pueblos, que ha venido a manifestarse. Yo me molesté muchísimo porque no puede ser que lleguen en la madrugada y horas más tarde se estén tomando edificios del Estado. Yo considero que ese tipo de proceder, y confirmado por algunos informes que hay, demuestran que hay estructuras criminales detrás de esas manifestaciones.” (6) (El Tiempo. 19 de octubre 2025).

Y el gobernador de Santander, Juvenal Díaz, en su cuenta de X el 13 de octubre, no solamente difundió información falsa sobre las motivaciones de la movilización y la naturaleza de los actores que la protagonizaron, además promovió la vulneración y negación de sus derechos humanos: “Lo más preocupante, funcionarios de Ministerio del Interior llamando a decir que hay que respetar los derechos humanos…” (7)

En segundo lugar, se dio la movilización reaccionaria de sectores de derecha, inspirados por una ideología de corte fascistoide y apoyados en mecanismos de acción cívico-militar alentados por sectores ultraconservadores de las fuerzas armadas y partidos políticos, estos grupos confrontaron violentamente a los manifestantes, evocando los peores episodios de la violencia política en la historia de Colombia.

Estas actitudes se caracterizaron por la criminalización, el negacionismo, la irracionalidad y el desconocimiento de los derechos fundamentales, reflejando posturas retardatarias y absolutistas que contribuyen al desprestigio de la movilización y alimentan el paroxismo ultraconservador en medio de una profunda crisis humanitaria y el recrudecimiento de la violencia paramilitar.

Un respaldo popular y una hoja de ruta

Frente a estas reacciones, la movilización contó con un significativo respaldo popular. En las ciudades, trabajadores y trabajadoras agradecieron la gratuidad momentánea del transporte público, los estudiantes se unieron a las marchas, y familias viviendistas, comunidades indígenas, campesinas y negras convergieron en la capital para exponer sus demandas y sentar las bases de un debate nacional estructural.

En conclusión, la jornada “Aquí en la lucha transformamos el país” hace un llamado crucial a la sociedad y a la izquierda: construir un proceso popular y constituyente que consolide una fuerza social capaz de impulsar los cambios estructurales que exige la crisis del capitalismo colombiano. Este llamado se da en medio de un intenso debate nacional sobre los aciertos y fracasos del progresismo en el gobierno y la búsqueda de nuevos caminos para la acción política transformadora.

 Bibliografía
      1. La movilización se instaló en instituciones públicas del gobierno nacional en Bogotá. D. C. El ministerio de Vivienda. La Sociedad de Activos Especiales (SAE). El Ministerio del Interior. La Agencia Nacional de Tierras. . La Unidad Nacional de Víctimas y La Universidad Nacional de Colombia.
      2. Documento de llamamiento a la movilización: Aquí en La Lucha por la vida, las transformaciones y la dignidad de los pueblos. 13 de octubre de 2025. https://congresodelospueblos.org/aqui-en-la-lucha-por-la-vidalastransformaciones-y-la-dignidad-de-los-pueblos/
      3. Cada día se reportan alrededor de dos bloqueos en vía. Diario El Tiempo. 19 de octubre 2025. Pág. 1.4.
      4. Ver el artículo de prensa: Hasta ataques con flechas: 1500 protestas en Bogotá, en 2025. En: Diario El Tiempo. 19 de octubre de 2025. Guillermo Reinoso Rodríguez editor Bogotá. Pág. 1.3.
      5. Ver el documento de: ACTA DE ACUERDO ENTRE EL GOBIERNO NACIONAL Y LA MOVILIZACIÓN NACIONAL “AQUÍ EN LA LUCHA, TRANSFORMAMOS”. Bogotá. D.C. 17 de octubre 2025.
      6. Benedetti dice que hay “estructuras criminales” detrás de algunas protestas. Diario El Tiempo. 19 de octubre de 2025. Pág. 1.4.
      7. General Juvenal Díaz. @GralJuvenalDiaz. (2025, 13 de octubre) https://x.com/GralJuvenalDiaz/status/1977928381883634146?t=DRNiy1q_6rf8Iu0wgGa4Ew&s=19
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