
Tomado de Trochando sin Fronteras Ed #23
Por: Oglis Ramos
“Llevo 7 años”… “Yo llevo 5 en el país…”. Así comenzaban los relatos de algunos de los entrevistados por los medios de información sensacionalistas al servicio de la oligarquía colombiana. Todo esto, a raíz de la medida adoptada por el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que consistió en el cierre de la frontera con Colombia, en algunos municipios del estado Táchira.
Para entender la situación en la frontera colombo venezolana, hay que revisar por lo menos los últimos 3 años, durante los cuales el fenómeno del contrabando dejó de ser una simple práctica cotidiana de las poblaciones de los dos países y se convirtió en un mecanismo de desestabilización política y económica hacia Venezuela.
Es de público conocimiento la posición que el gobierno colombiano ha asumido frente al proceso de cambios que se viene dando en Venezuela. Primero se atacó directamente al ex presidente Chávez y a su programa de gobierno. En los últomos tiempos se ha dado una tregua diplomática entre gobiernos, pero los medios de comunicación privados siguen lanza en ristre contra todo lo que sucede en Venezuela.
Sin embargo, el gobierno del país bolivariano sigue resistiendo los duros embates de las mafias económicas nacionales y trasnacionales, pues a pesar de todos los ataques, ha ganado la gran mayoría de las elecciones que se han celebrado desde 1999.
La fuga de alimentos, bienes y dinero hacia Colombia, no es ocasionado solamente por grupos a los que se les llama bachaqueros , ya que estos son empleados al servicio de las grandes mafias. Estas son las que reciben todos los productos del contrabando y además cobran impuestos ilegales a quienes desarrollan actividades comerciales (formales o informales) en la zona de frontera. Traigo esto a colación, ya que cientos de miles de personas que vivimos en la frontera sufrimos a diario las acciones desestabilizadoras ejecutadas por los grandes capos del contrabando; éstos, junto a sectores corruptos de la fuerza armada, permiten que las denominadas trochas y también las vías principales se conviertan en venas abiertas para empobrecer al pueblo venezolano.
Es por ello que en los estados fronterizos y en las principales ciudades venezolanas la población debe soportar la escasez de productos básicos, de materiales para la construcción y hasta de combustible. Porque la mayor parte de esos productos son subsidiados por e gobierno de Venezuela, por lo que resultan muy baratos y al llevarlos a Colombia, la ganancia es jugosa.
Lo último que sucedió, y que dio origen al cierre de la frontera, fue el ataque armado contra varios integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la ciudad de San Antonio por parte de las bandas ilegales que se dedican al contrabando y a sembrar violencia en esa zona.
Medidas del presidente maduro no son contra el pueblo colombiano
La situación de seguridad nacional en la que se encuentra Venezuela hace que el gobierno tome medidas extraordinarias para enfrentar a las mencionadas mafias internacionales.
Para nadie es un secreto que hay actualmente casi 5 millones de colombianos viviendo en Venezuela, pues de una u otra manera lograron ubicarse allí en busca de una mejor calidad de vida que la precaria que ofrece Colombia. Esa situación es la que han aprovechado los grupos ilegales o mafias para poner a su servicio a estos migrantes que hacen lo posible para sobrevivir, y ven un ingreso fácil en el contrabando de productos. También es sabido que la migración hacia Venezuela ha sido ocasionada por la privatización de los servicios de salud, vivienda, educación y alimentación, y además por la violencia estructural que ya lleva más de 50 años en Colombia y que ha desplazado a más de 6 millones de personas dentro y fuera de las fronteras del país.
Ahora bien, la exportación del fenómeno paramilitar desde Colombia lleva claramente el guión que las agencias de inteligencia y seguridad de Estados Unidos han implementado en Latinoamérica. Éstas usan hoy el fenómeno de la migración como arma de terrorismo social contra la revolución bolivariana. Ante estos hechos el presidente Nicolás Maduro, en la facultad de ejercer funciones de gobierno de una república soberana y a fin de proteger la seguridad y estabilidad de la población, toma medidas no contra el pueblo colombiano que habita entre millones de venezolanos, sino contra el plan terrorista orquestado por las mafias del paramilitarismo y del contrabando, que desde el inicio del proceso bolivariano se han propuesto borrar del mapa cualquier rastro de la construcción social ideada por Hugo Chávez.
Se golpea a las mafias, el plan internacional contra Venezuela se cae
Álvaro Uribe Vélez, reconocido en el ámbito nacional e internacional por sus vículosl con el paramilitarismo y las mafias del narcotréfico, no podía perder un minuto en salir y tratar de entorpecer las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela. Mientras los medios de la oligarquía dicen que miles de desplazados salen de Venezuela hacia Colombia -como si se tratara de un exterminio al mejor estilo nazi- enaltecen al nefasto personaje que se presenta en Cúcuta y en el departamento de Arauca fronterizo con Venezuela; justamente allí donde Uribe es recordado por los falsos positivos que aún no se borran, ni se borrarán de la página de la historia de esa región fronteriza. Inició por atacar desde el departamento del Norte de Santander al gobierno del presidente Maduro, tratando de hacer ver que él es inocente del fenómeno de los miles de desplazados hacia Venezuela que causó en los años de su gobierno represivo y paramilitar.
Las mafias de contrabando en la frontera ya se pueden catalogar como grupos terroristas de carácter internacional con planes y líneas de desestabilización claras, los cuales tienen lamentablemente a su servicio a cientos de compatriotas colombianos y venezolanos que por su condición de pobreza son captados como mulas para realizar el trabajo de estos carteles, así como otros que lo realizan a manera de enriquecerse a costa del estómago del pueblo y del sueldo del trabajador honesto; las diversas maneras de operaciones desatadas en contra de Venezuela y sus millones de habitantes, es una estrategia que permite satanizar y estigmatizar al gobierno del presidente Nicolás Maduro ya que la escasez inducida le hace un grave daño al pueblo venezolano y proceso bolivariano.
La doble moral de los que gobiernan a Colombia
No hay que olvidar de dónde proviene el actual presidente de Colombia Juan Manuel Santos. Es heredero de una de las familias más adineradas del país y del grupo de aristócratas que desde hace dos siglos controlan la política y la economía nacional. Por ello parece ser que con las declaraciones frente a la crisis de la frontera, Santos estuviera burlándose de sus connnacionales. Le echa la culpa al gobierno vecino de expulsar colombianos, y trata de ocultar las razones por las cuales esa cantidad de personas se vieron en la obligación de irse para Venezuela. Como se dijo, la mayor arte de ellos no tuvo otra opción que migrar al vecino país, para salvaguardar su vida o para conseguir cómo alimentar a su familia.
Entonces la defensa de los colombianos a la que se refiere Santos debería empezar por defenderlos de la privatización, del TLC empobrecedor, de las trasnacionales petroleras y mineras, del paramilitarismo, del exterminio a los dueños originarios, de la contaminación ambiental, des desempleo de as EPS, etc.