Junio 28 de 2015
Por: Oglis Ramos. ramos.oglis19@gamil.com
Europa arde y las transnacionales financieras preparan nuevos escenarios que les permitan mantener a la opinión pública mundial entretenida. Los sangrientos ataques terroristas que ocurrieron de manera casi simultánea en Túnez, Kuwait y Francia son parte del show macabro organizado y dirigido por las agencias de inteligencia de Occidente.
Esto me recuerda los supuestos ataques terroristas realizados por el autodenominado “Al Qaeda en Yemen” contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo, los cuales fueron cubiertos de inmediato con gran morbo por las grandes cadenas como BBC, CNN y FOX, que leían el guión de cómo habían sucedido los ataques, como si hubieran sido testigos de la forma en que se planificaron tan crueles asesinatos.
Con el objeto de echar luz sobre aquello que dichos medios ocultan, resulta imprescindible resaltar dos puntos clave:
1- Las agencias de la guerra como la CIA necesitan pequeños focos de violencia terrorista en diferentes países para inducir al pánico a la población y que ésta apruebe las políticas de seguridad nacional que emanan de sus gobiernos y responden a los intereses de las transnacionales.
2- Los gobiernos de Europa que integran la OTAN necesitan que el monstruo creado por las agencias de inteligencia sea el elemento que condicione a la población a aceptar la militarización de la vida civil al interior de sus países, y la realizacion de campañas bélicas fronteras afuera. El objetivo principal de dicha estrategia es doblegar geopolítica y militarmente al gobierno de Moscú.
Comprender estos dos puntos resulta clave para analizar la política belicista de la Unión Europea y los EEUU en Europa y Asia.
Los tres ataques terroristas constituyen tan sólo un anticipo de lo que puede venir, ya que la Unión Europea y los Estados Unidos saben que no se puede cometer una acción a gran escala contra Rusia si no se tiene como excusa un hecho que pueda ser vendido a la población mundial a través de sus medios de comunicación.
Estados Unidos, como país promotor y ejecutor del terrorismo internacional, no sólo busca llevar a Europa a una guerra contra Rusia, sino que necesita replicar lo que ejecutó contra Irak antes de iniciar la invasión y su posterior resquebrajamiento.
El factor determinante para que el plan sea ejecutado con éxito sería crear un enemigo invisible entre la población civil mundial. Las agencias de inteligencia vienen realizando muy bien su función: crear histeria contra el gobierno ruso para justificar un ataque contra sus intereses ante una opinión pública atemorizada y predispuesta a ver a Moscú como enemigo de la paz en Europa y culpable del conflicto.
La retórica anti-rusa impulsada por los gobiernos que conforman la OTAN se ha venido expresando de varias formas: El gobierno alemán conducido por Ángela Merkel, buen peón del imperialismo norteamericano, aplica el doble rasero en su política exterior, igual que el gobierno de Barack Obama: mientras por un lado llaman a dialogar con el gobierno de Putin, por otro lado imponen sanciones económicas en contra de Rusia. Mientras tanto, el Reino Unido aprueba sin titubear el envío de tropas a las fronteras rusas y Francia juega a presionar al Kremlin por el caso de los buques de guerra Mistral que construyó para Rusia y que se está negando a entregar como factor de presión.
Esta guerra silenciosa desatada por las potencias capitalistas y sus satélites pro-imperialistas europeos en contra de Moscú, completa la estrategia con los ataques terroristas de Túnez, Kuwait y Francia. Sólo queda ver qué país de Europa será el próximo blanco de estos supuestos grupos terroristas -como “Al Qaeda en Yemen”- creados y financiados por las agencias de inteligencia, y cómo se seguirán creando los escenarios apropiados para afianzar la hegemonía de las potencias capitalistas.
Para esto el gobierno norteamericano debe garantizar que sus subalternos y aliados ejecuten en el terreno bélico, mediático y de inteligencia su plan de guerra. Muestra de ello es el caso de espionaje a los Primeros Ministros de Francia y a la Canciller Alemana por parte de la Agencia Nacional de Seguridad Norteamericana (NSA, por su sigla en inglés). Estos hechos demuestran claramente que el gobierno norteamericano ni siquiera confía en sus propios socios ni en su arriesgada apuesta, que podría traer como consecuencia que cientos de misiles caigan en Europa si sus gobiernos siguen obedeciendo la línea roja trazada por Washington.
En conclusión, lo que se encuentra detrás de los supuestos ataques terroristas en tres continentes y su difusión mediático, es la vieja pero efectiva estrategia de sembrar el miedo y el terror para justificar las acciones de gendarme policial global de la OTAN, por supuesto en contra de los que ellos han denominado “el enemigo de la democracia y la seguridad mundial”: Rusia.
[1]Foto http://www.cubadebate.cu/