A 37 años de la desaparición forzada de Manuel Gustavo Chacón, su legado poético y político resuena en la memoria de los pueblos y en el corazón de quienes luchan por la justicia y la libertad. Poeta, líder social y militante político, Chacón dedicó su vida a denunciar las injusticias que padecían los sectores más vulnerables de Colombia, utilizando la poesía como herramienta de resistencia y la palabra como acción transformadora. Su vida estuvo marcada por el amor a su tierra y la defensa de los derechos de los oprimidos, lo que lo convirtió en una figura emblemática para los movimientos sociales y culturales en Colombia.
Nacido en una región marcada por el abandono estatal y la violencia estructural, Chacón encontró en la poesía una forma de resistencia y, en la palabra, un arma para denunciar las injusticias que padecían los campesinos y trabajadores. Sus versos no solo reflejaban las penurias de los pueblos, sino que también convocaban a la acción colectiva frente a la opresión.
La militancia de Chacón no fue solo literaria, sino también política. Su firme compromiso con las luchas populares lo convirtió en blanco de amenazas constantes por parte de los sectores más reaccionarios del poder. que veían en él una amenaza por su capacidad de movilizar y su incansable denuncia del despojo y la violencia. A lo largo de su vida, vivió bajo la sombra de la represión, pero nunca dejó de alzar su voz en favor de la justicia, la dignidad y los derechos humanos.
El 15 de enero de 1988, Manuel Gustavo Chacón fue desaparecido en circunstancias que aún siguen siendo un misterio. Su desaparición fue parte de una estrategia sistemática de exterminio que en aquellos años se implementó contra líderes sociales, intelectuales y militantes de la izquierda democrática en Colombia durante los años 70 y 80. Su ausencia dejó un vacío irreparable en su comunidad y en el movimiento cultural y político del país, pero su legado perdura hoy en día a través de su obra literaria y del recuerdo imborrable de quienes lo conocieron.
Hoy, recordamos a Manuel Gustavo Chacón no solo para rendirle homenaje, sino también para reafirmar el compromiso con sus ideales de justicia y dignidad, por los cuales entregó su vida. Cada uno de sus poemas siguen siendo un grito de esperanza, un llamado de resistencia, y una inspiración para las nuevas generaciones que continúan su lucha por un futuro más justo, recordando que, aunque el cuerpo pueda ser arrebatado, la memoria y la lucha trascienden en el tiempo y se resisten a la impunidad.
Como él mismo lo expresó en sus palabras: “Si caigo, que sea sembrando. Si muero, que sea naciendo”.