Trochando Sin Fronteras, agosto 17 de 2019
Por: Eliécer Ariza – @EliecerArizaV
[dropcap color=»#ddc80d» type=»square»]EL[/dropcap] 11 de agosto en el marco de la Feria de las Flores en la ciudad de Medellín, de un helicóptero que llevaba una bandera colombiana, cayeron dos suboficiales de la Fuerza Aérea, producto del impacto y por ser utilizados como contrapeso, terminaron muertos.
Los ayes no se hicieron esperar, pronunciamientos de los altos mandos, el ministro, el presidente y otros miembros de la fauna (con el respeto de los animales) del Gobierno Nacional “lamentando” la muerte de los suboficiales, exculpándose y asegurando que van a tomar las medidas necesarias.
Los medios hicieron lo propio, RCN con su normal cinismo publicó que una de las teorías es que la cuerda ,con capacidad para soportar varias toneladas, se rompió por un nailon de una cometa (aunque las cometas se vuelen con cabuya o pita), los más osados dijeron que fue un ovni, otros que un pájaro y otros que fue un “ataque terrorista”
Más allá de las circunstancias donde perecieron estas personas, que algunos dan por llamar héroes de la patria (aunque no tiene nada de heroico dejarse caer de una bandera por negligencia de otros), queda la duda sobre si fue un caso desafortunado o un acto premeditado de los que suelen hacer los mandos militares.
La muerte de estas dos personas tiene unos claros beneficiarios: los altos mandos del ejército
En la misma semana donde fueron retirados de sus cargos dos mandos nacionales del Ejército, se comprobó la participación del excomandante de la IV brigada en casos de sobornos, robo, apropiación ilegal de recursos, gastos inadecuados y venta de salvoconductos y que este caso involucraba al actual comandante de esta misma brigada, que como cosa extraña tiene sede en Medellín, en donde sucedieron estos hechos.
Un par de días antes de ese 11 de agosto se denunciaba por la Revista Semana la participación de miembros activos del Gaula del Ejército Nacional en secuestros y extorsiones en la ciudad de Bogotá y que además, este caso de secuestro involucraba a una de las camionetas a cargo del sobrino del Comandante Nicasio Martínez, famoso por sus órdenes de combate y su relación con casos de falsos positivos.
No podemos olvidar las fuertes palabras del padre de uno de los suboficiales manifestando que la muerte de su hijo había sido un hecho racista y que además había sido obligado a participar en esta demostración de la Fuerza Aérea.
Murieron ellos y se acallaron las voces contra las fuerzas militares, se usaron las muertes para olvidar los casos de soborno, asesinato, corrupción y secuestro. Es de reconocer que tienen razón los altos mandos, esto fue una acción de sabotaje, la pregunta que debemos hacernos es:
– ¿Miembros de las fuerzas armadas sabotearon premeditadamente la cuerda de los suboficiales de la Fuerza Aérea produciendo su muerte para así desviar la atención de los escándalos recientes?
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