Trochando Sin Fronteras – Enero 4 de 2021
Los escenarios de movilización y acción política de las mujeres en la última década han aumentado. La reciente victoria reivindicativa en Argentina marca un hito en el 2020; configurando en el 2021 un escenario de disputa en las calles y la acción política para las mujeres.
Colombia, así como Latinoamérica se contagiara de una ola de luchas y reivindicaciones donde la mujer jugará un papel protagónico. Protagonismo que también han tenido en las luchas comunales, agrarias, indígenas y estudiantiles que se han desarrollado en el continente.
¿En Colombia hay razones para la digna-acción y exigencias de las mujeres?
En el país en promedio dos mujeres son asesinadas diariamente, dieciocho niñas entre 10 a 14 años al día son obligadas a culminar embarazos no deseados y 22.000 casos de violencia sexual reportados según el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Más del 80% de estos casos se produjeron contra niñas y adolescentes entre cinco y diecisiete años[1].
Además, a estas, también se le suma la violencia económica,“En 2017 el valor económico del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado, fue de 185.722 miles de millones de pesos… El 78,4% de este fue aportado por Mujeres[2]”. Violencia que carga sobre las mujeres el cuidado y reproducción de la fuerza del trabajo; cuidado de niños, jóvenes, ancianos y trabajadores, además de su jornada laboral establecida. El acoso callejero es otro tipo de violencia, práctica sistemática aceptada por la sociedad que es difícil de medir y que las mujeres tienen que tolerar.
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Mujeres, violencia, fundamentalismo religioso
En los países «laicos» y no laicos la religión desde sus inicios se ha constituido como instrumento de violencia contra la mujer. Autoproclamándose dueña de la moral, de esta moral se ha erigido códigos que pone a la mujer por debajo de los hombres. Sometimiento que no solo rige en el plano familiar o del hogar, este también influye en la vida académica, social, económica y política de las mujeres.
“Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor” Efesios 5:22
En el país desde la religión se influye en decisiones políticas que limitan los derechos de las mujeres en ámbito privado -Derecho a decidir sobre su cuerpo-, así como en las esferas públicas de su vida -Estudio, remuneración salarial, sobrecarga de laboral-. Además, desde los atrios también se presiona a las mujeres para evitar organizarse y construir desde sus comunidades.
La participación de las mujeres en los escenarios de movilización
Las mujeres han expresado sus reivindicaciones, su rabia y su dolor ante la violencia en las calles. A través de las movilizaciones se disputa el terreno simbólico que ha sustentado la desigualdad, es desde ahí que como mujeres se enfrenta a los discursos violentos y las políticas misóginos del Estado y la iglesia.
En las calles las mujeres históricamente han luchado por sus derechos (El voto, el trabajo, decidir sobre sus cuerpos y a una vida libre de todo tipo de violencias…). En la calle exige y actúan en contra de todo aquello que perpetúa la violencia contra la mujer desde lo simbólico, lo cultural y las diferentes prácticas sociales encaminadas a seguir proclamando la violencia.
Los escenarios políticos y sociales
Las mujeres también comprenden que las luchas son conjuntas y en diferentes escenarios. Escenarios que les han cualificado, en los cuales construyen agendas que permiten exponer sus problemáticas, pero también sus apuestas locales y territoriales.
En estos escenarios también deben abordarse la formación, incluir a los hombres en las discusiones y unir esfuerzos alrededor de las luchas contra la violencia. Trabajando mano a mano por trasformar esta sociedad.
Necesaria también es la lucha de clase, lucha que permita construir otras relaciones sociales que dignifiquen la vida. En ese sentido se hace necesario que las mujeres continúen organizándose y avanzando en los espacios sociales de decisión política. Alzando su voz, proponiendo y construyendo las transformaciones necesarias para una nueva sociedad.
Las calles se seguirán avivando con las luchas de las mujeres. La movilización será la herramienta para seguir exigiendo sus derechos y el gran reto será el diálogo e para juntar esfuerzos para cambiar esta sociedad misógina, machista, opresora patriarcal y capitalista.
[1] Ana Güezmes: “En Colombia la violencia contra las mujeres es una pandemia”
[2] Cuenta Satélite de Economía del Cuidado – CSEC 2017
[3] Dios creo a la mujer, será esta la razón de la violencia contra ella