lunes, abril 28, 2025

¿Qué pasa en el conflicto colectivo de Colpensiones?

Colpensiones, en medio de la negociación colectiva con sus sindicatos y la reciente reforma pensional, enfrenta tensiones significativas. La comisión negociadora del empleador abandonó las mesas de diálogo, provocando una respuesta de presión por parte de Sintracolpen y otros sindicatos mediante el 'campamento dignidad'. A pesar de los desafíos logísticos y la falta de propuestas satisfactorias, los sindicatos lograron que la comisión negociadora retomara el diálogo. Este escenario subraya la importancia de la solidaridad y la lucha por derechos laborales en el contexto de una reforma pensional crucial para los trabajadores colombianos.

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La Administradora Colombiana de Pensiones, Colpensiones, es noticia, no solamente por la aprobación de la reforma pensional, sino también porque después de 12 días de abandonada la mesa por parte de la comisión negociadora del empleador, el campamento instalado por Sintracolpen, junto con otras organizaciones sindicales, sentó nuevamente a la comisión negociadora a 5 días de acabarse la etapa de acuerdo directo en su proceso de negociación colectiva.

La negociación colectiva de trabajo, albergada en el Código Sustantivo de Trabajo, es: «es la que se celebra entre uno o varios {empleadores} o asociaciones patronales, por una parte, y uno o varios sindicatos o federaciones sindicales de trabajadores, por la otra, para fijar las condiciones que regirán los contratos de trabajo durante su vigencia». El 16 de enero de 2024, Sintracolpen radicó el pliego de peticiones y la denuncia de la Convención Colectiva de Trabajo 2023-2024, entendiendo la importancia para la entidad, sus trabajadores y todos los colombianos. «Sintracolpen, unido a sus afiliados, presentó una propuesta que consideramos reforzaría la entidad y daría las capacidades necesarias para atender la reforma para la vejez».

El 14 de mayo inició la etapa de acuerdo directo entre la comisión negociadora de Colpensiones y las comisiones de los cinco sindicatos de la entidad (Sintracolpen, Colpeunidos, Sintrasecfin, STCC y Asincolp); sin embargo, desde el 7 de junio, día en que se anuncia en los acuerdos previos que no habrá garantías para la negociación, empieza a presentirse que el ambiente de la negociación iba a ser el más tensionante posible. Así, a partir del 14 de mayo, las comisiones negociadoras entraron en discusión de 160 puntos unificados de sus pliegos de peticiones, pero los beneficios logrados son insuficientes y apenas mejoran la dignidad laboral.

«Los negociadores de la entidad desde el principio se han mostrado reacios y no han presentado ninguna propuesta atractiva al sindicato de cara a la importancia de la reforma pensional, por ejemplo, la aplicación del teletrabajo, el trabajo remoto, la profesionalización de los agentes de servicio al ciudadano; a la fecha no han incrementado el salario de sus trabajadores oficiales, utilizando esta táctica y actuar omisivo como medio para ejercer presión en las bases sobre la actual negociación y manifestando su posición dominante.»

Frente a este entorpecido escenario de negociación, sin garantías, con problemáticas logísticas como los cortes de luz antes de terminadas las reuniones, la constante tensión entre el empleador y los sindicatos aumentó, hasta que el 7 de junio la comisión del empleador deja de presentarse en las mesas de negociación, abandonando a los sindicatos en la etapa de acuerdos directos y haciéndose de lado ante las peticiones de los trabajadores que sostienen la entidad, muchos adscritos desde el Instituto de Seguro Social.

El levantamiento de la mesa del empleador es otra ironía más que se le suma a aquel dicho que reza «en casa de herrero, azadón de palo», el mismo que también replican en la huelga del Ministerio del Trabajo. Contradicciones muy propias de un escenario donde la ideología no alcanza a primar frente al modelo de producción, con patrones y peones. Por esa razón, hoy un exsindicalista como Jaime Dussán minimiza los mecanismos de presión ejecutados por los empleados de la entidad que hoy lidera y que enfrentarán la reforma pensional.

La reforma pensional es una propuesta ambiciosa de protección social cuyo reto fundamental es que la mayoría de los trabajadores no tienen condiciones para sostener ingresos salariales dignos que aseguren una protección durante su vejez, lo cual no depende solamente de una reforma pensional; sin embargo, «haciendo la vista gorda» frente a este problema estructural, materialmente la entidad pública tendrá retos como la capacidad para manejar los traslados masivos, la forma de contratación en conjunto al actual clientelismo que sufre la entidad, y la poca capacidad tecnológica. Ahora, se le suma el comportamiento del exsindicalista Jaime Dussán hacia los trabajadores de la entidad en este momento de negociación colectiva.

Los sindicatos, en un ejercicio de «enaltecer el derecho de asociación sindical y la negociación colectiva como mecanismos esenciales de la actividad sindical, buscando siempre mejorar los derechos laborales», unieron sus esfuerzos para ejecutar el ‘campamento dignidad’, un mecanismo de presión que obligara al empleador a retornar a la mesa, hecho que se ejecutó el día 18 de junio; a pesar de que a este reencuentro no se cita a la organización sindical Sintracolpen, líderes en la instalación del campamento.

Estos anunciaron en un comunicado: «Desde un principio hemos demostrado nuestra palabra y compromiso por un debate de altura y con las explicaciones claras del por qué son importantes para todos los empleados de Colpensiones las peticiones presentadas en nuestro pliego. Por lo anterior, reiteramos nuestra disposición al diálogo y a escuchar propuestas de fondo, y es por ello que, previa comunicación por parte del empleador para retomar la negociación, decidimos continuar nuestra lucha en la mesa. Como muestra de buena voluntad, levantamos nuestro campamento con miras a aportar a la construcción de una nueva convención colectiva de trabajo, que brinde las garantías necesarias a nuestros afiliados.»

El levantamiento del campamento como mecanismo de presión por parte del empleador para retomar la participación del sindicato en la negociación podría sumarse a los múltiples hechos de persecución sindical que se han perpetuado en el país, pero con la particularidad que le da el tinte de este gobierno progresista, esta vez es perpetrado por un conocedor del sindicalismo, un perro viejo en el área como lo es Jaime Dussán, exsindicalista de FECODE e integrante del Polo Democrático Alternativo.

Lo que sí queda en entredicho es el servilismo con el que los otros sindicatos acceden a participar de la mesa negociadora, aún con estas notorias muestras de trivialidad hechas por el empleador. En un futuro, habría que insistir en eso que nos une, nuestra condición de trabajadores, para prescindir de aquello que nos separa, nuestros intereses particulares. Es decir, construir verdaderas alianzas de trabajadores que dignifiquen y construyan políticas, convenciones y acuerdos que permitan el fortalecimiento de los derechos laborales y, por ende, la potenciación de las labores o la producción, sobre todo en un escenario de transición hacia una reforma para la vejez.

Ojalá la convención colectiva de trabajo que se firme este 22 de junio entre Colpensiones y sus sindicatos sea la más favorable para los trabajadores de la entidad. Como colombianos, tendremos que sostener la solidaridad con las justas causas de los trabajadores que construyen día a día las entidades públicas de este país, además de apoyar y alentar los ejercicios de movilización que permiten plantear los retos y apuestas que se tienen desde la clase popular organizada en sindicatos, sectores, gremios y organizaciones.

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