Trochando Sin Fronteras Edición 27 Mayo – Junio
Por: Isneldo González
A pesar de ser una región con alto nivel de explotación petrolera, así como productividad ganadera y agrícola, las vías del llano son una odisea. La realidad deja ver que al gobierno no le interesan las vías; éstas se encuentran en mal estado, incluso comparándolas con las de otras regiones del país.
Según el gobierno nacional, a los llanos orientales les llegó la hora de transformar su potencial en beneficios para las personas y en desarrollo para la región. El problema es que eso no deja de ser un discurso, ya que la inversión en infraestructura, después de 3 décadas de explotación petrolera no llega. No hay plata para hacerle mantenimiento a las vías, ni mucho menos para construir nuevas carreteras.
“El mal estado de las vías es evidente. Al transitar por ellas, los vehículos sufren graves daños mecánicos y los gastos salen de nuestro bolsillo” dicen los transportadores que a diario recorren estas carreteras. Lo mismo manifiestan los campesinos, ya que por causa del mal estado de las vías, se les dificulta sacar los productos agropecuarios, y los costos de transporte son cada vez más altos.
No hace falta tener un doctorado en ingeniería para saber que a las vías de los llanos orientales les hace falta inversión. Un ejemplo claro es el departamento del Vichada, en donde no existen ni vías primarias, mucho menos secundarias o terciarias; los vehículos frecuentemente se quedan atrapados en el barro. “Faltan algunas máquinas como una excavadora de oruga, porque solo tenemos una retroexcavadora pajarita que no da a basto para cargar todo el material adecuado para la vía. Necesitamos unas 2 volquetas sencillas para mover toda la tierra que queda tras las emergencias”[1].
El departamento del Meta está igual o peor. En varias ocasiones ha quedado incomunicado porque los puentes colapsan ya sea por causa de las lluvias o porque no se les ha hecho mantenimiento a tiempo.
En Casanare las vías principales están en condiciones regulares. Aunque están pavimentadas, aún falta inversión para mejorar algunas de ellas, como la Ruta de los Libertadores entre La Cabuya y los municipios de Sácama y La Salina, que a pesar de ser una vía nacional primaria se encuentra en un pésimo estado. Actualmente el puente sobre el río Ariporo (sobre la vía que comunica a Arauca con Yopal y Bogotá) está colapsado, por lo que hay tránsito a medias.
Una realidad similar tiene el departamento de Arauca. Las vías que comunican al municipio capital con Tame y Saravena son un desastre, a pesar de que ambas conducen a campos petroleros (Cari Care y Caño Limón, respectivamente). Las vías terciarias son un dolor de cabeza para los transportadores y para los campesinos ya que se trata de carreteras destapadas, con poco mantenimiento. Casos ejemplares son los sectores de producción agrícola como Isla del Charo en Saravena y la zona platanera en el municipio de Tame, cuyas vías siempre están en estado precario y son los habitantes y productores quienes hacen colectas o peajes comunitarios para hacer pequeñas reparaciones.
En cuanto a las vías terciarias, los municipios carecen de maquinaria amarilla, la que tienen está dañada, no hay plata para repararla y, para rematar, los recursos del sistema general de participación tampoco alcanzan. Ante esta deplorable situación el ciudadano de a pie se pregunta ¿no era para esto que se quería explotar el petróleo y otros recursos naturales?
La ‘cereza del postre’ es la Ruta de la Soberanía que, haciendo gala de su nombre, es la mal maltrecha de todas, igual que la soberanía de nuestro país. Tanto así que quienes la sufren a diario, habitantes de los departamentos de Arauca, Boyacá y Norte de Santander la llaman «Trocha de la Soberanía». El Ejército Nacional (contratista de su pavimentación) se ha gastado un dineral sin que se vean los resultados; veedurías ciudadanas se han hecho cargo de denunciar esto, pero uno de sus integrantes fu asesinado hace poco en el municipio de Cubará, luego de instaurar una queja contra un coronel por amenazas contra su vida. Hasta el momento no se sabe si se juzgó al responsable de ese homicidio.
El gobierno colombiano ha venido firmando Tratados de Libre Comercio con varios países, entre ellos Estados Unidos. Las condiciones de esos tratados son desventajosas para los productores colombianos, máxime cuando el transporte representa un buen porcentaje de los costos de producción, precisamente a causa de las pésimas vías en Colombia. En sus palabras, las vías en nuestro país sólo permiten andar a ‘paso de tortuga’, mientras la competencia se transporta en trenes bala… así, los dichosos tratados se convierten en ‘pelea de tigre con burro amarrado’.
[1] http://www.contextoganadero.com/regiones/las-vias-terciarias-en-la-orinoquia-aun-les-falta-mucha-inversion