Trochando Sin Fronteras 03 de Octubre de 2016
El Coordinador Nacional Agrario -CNA- realizó la cuarta sesión de su Escuela Política Campesina, en el municipio de La Tebaida (Quindío). Este encuentro formativo permitió fortalecer los lazos de hermandad y solidaridad entre los miembros de la organización campesina colombiana. No obstante, la solidaridad estrechada desde el 19 al 29 de septiembre, trascendió las fronteras del país, porque también asistieron delegados de Brasil, Guatemala, Suecia y Palestina.
La escuela política dejó ver experiencias productivas basadas en la agroecología, el eco-turismo, la asociatividad y las relaciones equitativas de género, alrededor de productos y servicios de alta calidad que se ofrecen en el mercado colombiano. El caso de la asociación comunitaria de mujeres del Quindío es un ejemplo de ello. Ellas producen “Café mujer”, ofrecen el servicio de turismo en el municipio de Córdoba, propiciando que mujeres y hombres participen de las actividades económicas y comunitarias en el territorio.
Los delegados internacionales también compartieron sus experiencias. Entre ellos estaba el palestino Basil Farraj, quien expuso la grave (y digna) realidad de su pueblo, a causa del despojo de tierras que impulsa el gobierno israelí por medios militares y jurídicos. Una grave realidad, porque los palestinos son expulsados de sus casas y fincas con soldados, tanques, buldóceres, que arrancan sus árboles de olivo y echan abajo sus propias casas; con leyes, porque Israel envía funcionarios a los campesinos para “comprarles” sus terrenos sin previo acuerdo o negociación.
No contentos con esto, desde el 2005 se levantó un muro de nueve metros de altura, que encierra al pueblo de Cisjordania. Esto conlleva a que el suministro del agua y la electricidad sea controlado por Israel, que dice cuándo y cuánto puede recibir de estos recursos el pueblo palestino. Pero a su vez, es una digna realidad, porque los palestinos resisten con movilización y organización este estado de agresión y aniquilación permanente.
Es común ver en los medios de información, palestinos enfrentados a palos y piedras contra el ejército y policía israelí que usa fusiles, tanques, gases y explosivos. Cada viernes, se citan los campesinos y habitantes urbanos para protestar contra el muro israelí, exigiendo su destrucción como símbolo del despojo de sus tierras. Mientras unos compartimos con amigos los viernes después del trabajo, otros se reúnen para protestar contra un régimen colonial y ladrón.
La lucha palestina se articula con la lucha campesina colombiana, cuya causa de conflicto con las clases ricas ha sido la tenencia y goce de la tierra. Es por eso, que el intercambio de experiencias en la escuela campesina, fortaleció los lazos de solidaridad entre los dos pueblos, que siguen luchando por los mismos ideales: defensa y permanencia del territorio, soberanía, defensa del agua y demás bienes comunes, para construir un futuro mejor.
Con esto se demuestra que la lucha por la vida digna está dentro de la identidad campesina de todo el mundo. Así mismo, por medio de la unidad, la movilización, la organización se puede alcanzar el sueño de vivir en un mundo que garantice la vida para todos los seres humanos.