Trochando Sin Fronteras 17 de agosto de 2016
Nuevos retos en la etapa de post-acuerdo le llegan al movimiento social. Retos de articulación, movilización y lucha por encontrar una solución a las problemáticas más sentidas del pueblo colombiano. La actual etapa es un momento para mirar atrás y recoger el legado de los pueblos indígenas y sus mingas de resistencia del 2010, de los estudiantes en el 2011, de la Cumbre Agraria, Campesina Étnica y Popular en el 2013 y 2014.
El post-acuerdo no ha llegado y estos retos si han empezado a desarrollarse dentro del movimiento social. Ejemplo de ellos es la Cumbre Agraria, Campesina, étnica y popular, la cual articulo su accionar de movilización en la pasada jornada de Minga Nacional, junto con organizaciones de base, sociales, sindicales, gremiales y políticas.
Estas expresiones del movimiento popular no se detienen, después de las jornadas de las Minga Nacional, indígenas U’wa en los departamentos de Arauca, Boyacá, Casanare y Norte de Santander continuaron en movilización por la defensa de su territorio y la protección de la madre tierra. En ese escenario también se articularon los campesinos de la región Centro Oriente, los cuales dieron un ejemplo de lucha y unidad. Tras casi dos meses de movilización y luego de haberse tomado la planta de gas de Gibraltar, consiguieron sentar al gobierno nacional, departamental y municipal, para que sus exigencias fueran escuchadas y se diera un avance importante en el cumplimiento de los compromisos históricos que el Estado colombiano ha hecho con la nación U’wa.
En diálogo con Carlos Núñez, líder campesino de la región, integrante de la Asociación Nacional Campesina -ASONALCA- y del Coordinador Nacional Agrario –CNA-, indica que existe una relación estrecha entre indígenas y campesinos, que se ha logrado gracias al profundo respeto por la cosmovisión indígena y al establecimiento de puntos y agendas comunes para la lucha y la movilización. Gracias a ese proceso de unidad se pueden articular en el territorio y generar lasos que fortalecen el movimiento social y la lucha por la vida digna y la permanencia en el territorio.
Ejemplos como los anteriores son pequeños pasos que el movimiento social colombiano ha dado en la consolidación de la unidad del pueblo, encaminada no solamente a resistir, sino a propiciar las trasformaciones necesarias para la construcción de una nueva sociedad.