
Trochando Sin Fronteras, Edición 31 marzo – abril de 2017
Por Jorge López A.
La vía que une a estas dos poblaciones tiene 99,8 kilómetros y pasa por las zonas rurales de los municipios de Duitama y Paipa en Boyacá y Gámbita, y Charalá en Santander; si le sumamos los 37 kilómetros que tiene la vía de Charalá a San Gil se puede asegurar que del centro de Boyacá a la capital de la provincia de Guanentá (San Gil) hay 137 kilómetros y más de 9 horas por una pésima carretera.
La construcción de esta carretera fue en un primer momento planteada por un funcionario público de San Gil en los primeros años del siglo XX quien al conocer de la existencia de un camino que unía a estas dos regiones, la veía como la posibilidad concreta para mejorar las comunicaciones puesto que no existía la vía Duitama – Tunja – Barbosa -San Gil. Al construirse, esta vía se convirtió en la primera conexión de Santander con el centro del país, llegando a tener hasta 3 rutas de buses que pasaban por Charalá y Duitama.
En el año 2008 la gobernación de Boyacá adjudicó 220 mil millones de pesos para la construcción de la vía a la sociedad Autopista Duitama – San Gil por medio de un contrato planeado a 32 años que incluía la instalación de 3 peajes.
Para el 2014 por medio de un conpes vial y el contrato plan en Santander y Boyacá, se destinaron 250.000 millones de pesos para la pavimentación de estos 137 kilómetros de vía, dinero que debía ser aportado por las gobernaciones y el gobierno nacional. En este contrato firmado con la “Compañía Muisca Duitama” (donde transnacionales como la Hyundai tienen dineros), se comprometían en tener pavimentada esta vía en máximo 40 meses. Al sol de hoy, los avances han sido muy pocos, unos cuantos kilómetros de Duitama hacia el páramo de La Rusia, y el mejoramiento de los 37 kilómetros que unen a Charalá con San Gil. Cabe resaltar que este último tramo ya había sido pavimentado con anterioridad.
¿Vía Realmente necesaria?
La pavimentación de esta vía, en sus 99 kilómetros, no pasa por ningún otro municipio, puesto que el más cercano, El Encino (Santander), se sitúa sobre la vía que del municipio boyacense de Belén conduce a Charalá. La interconexión entre el Encino y Charalá, que actualmente tiene una pavimentación muy superficial, se uniría a la vía Duitama Charalá, pero sin pasar por el municipio y sin mejorar el ramal.
Uno de los argumentos más sonados en defensa de la vía manifiesta que ahorraría aproximadamente 90 kilómetros entre Duitama y Bucaramanga, sin embargo, ya existe una vía que conecta las dos ciudades y pasa por la Tunja (el tramo Tunja-Duitama cuenta con 4 carriles), si se tienen en cuenta las obras de mejoramiento de la vía Zipaquirá-Bucaramanga y Barbosa-Cimitarra-Puerto Araujo (conecta con la ruta del Sol), las astronómicas inversiones de esta vía son un detrimento ya que no se justifica tamaña inversión y si la intensión es conectar los llanos con Bucaramanga sería mucho mejor hacer la vía Pamplona-Saravena.
La catástrofe ambiental que representa.
A pocos kilómetros de Duitama, se encuentra el páramo de la Rusia, corredor ambiental que da continuidad biológica y ecosistémica a la cadena de páramos que se desprende del Cocuy y pasa por municipios como Onzaga, Belén, Susacón y otros, llegando hasta el páramo de Rabanal en límites entre Cundinamarca y Boyacá. En el páramo de la Rusia ya fue pavimentado un tramo de la vía, mostrando la contradicción de las instituciones gubernamentales ya que prohíben actividades agropecuarias en las áreas delimitadas como páramo pero da viabilidad a la pavimentación de vías en estos sitios
Otro de los territorios afectados mayormente por este proyecto es el Santuario de Flora y Fauna del Alto Río Fonce que es atravesado en más de 12 kilómetros de su zona céntrica, este Santuario de Flora y Fauna es un ecosistema estratégico para el agua de la región y para los animales, porque se conecta con el área protegida de Iguaque-Merchán entre Arcabuco, Sáchica, Gachantivá y Tunja. Además, en su área están los nacimientos más importantes del río Fonce, principal río de la provincia de Guanentá y uno de los principales del departamento de Santander y la columna vertebral del turismo en la ciudad de San Gil.
¿Para qué es la vía?
El gobierno nacional manifiesta que la vía beneficiará al transporte de carga y dará la oportunidad para el turismo de la región. Sin embargo, lo más probable es que la vía termine beneficiando a las grandes empresas extractivistas que están asentadas en el centro-oriente y llegaría a fortalecer el transporte de carbón[1] en el ferrocarril del Carare. La vía interconectaría más rápidamente las explotaciones carboníferas de las provincias de Sugamuxi, Gutiérrez, Tundama y Lengupá con el magdalena medio, las explotaciones de petróleo en estas mismas zonas y el piedemonte llanero con el puerto multimodal del río Magdalena, la producción de biocombustibles y cuanta cosa produzcan en las zidres con los puertos del norte del país, haciendo más rápida la entrega de nuestra riqueza natural.
Quiero dejar en claro que ninguna comunidad por pequeña que sea merece una carretera en el estado en que se encuentra esta vía.
[1] Boyacá era el 4to productor a nivel nacional en 2015