… solo le pido a Dios que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo sin haber hecho lo suficiente…
Nuestra sede social quedó destruida, gracias a Cristo Revolucionario y a nuestra Guardia Interétnica, Campesina y Popular, las pérdidas humanas no llenaron las expectativas del capital imperial y su gobierno títere de Duque. Por ello reiteraron la tarea de querernos muertos y le ordenaron nuevamente a sus perros lame botas buscarnos dizque «… hasta por debajo de las rocas…»
De este cobarde atentado nos queda nuestra sede social destruida pero a la vez con una ganancia, porque los hombres y mujeres del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente demostraron que el valor de la Dignidad, la Libertad y la Lealtad está por encima del valor de la vida misma.
Viene a mi memoria una conclusión de Jose Martí sobre los Annamitas (hoy el pueblo de Vietnam) cuando los Franceses se empeñaban en mantenerlos esclavizados y este pueblo valiente en su proezas y luchas les decía a grito entero: «… aun cuando nos han quitado todo… aun así, sabremos morir miles sobre miles para cerrarles el camino…»
Los pueblos del mundo que luchan con alma, vida y corazón por la Libertad, en especial el pueblo de Colombia y de nuestra región, NUNCA, óigase y entiéndase bien, NUNCA JAMÁS sabrá lo que es agachar la cabeza, claudicar y menos morir arrodillado, porque nuestra Dignidad es tan sólida que nos impide doblegarnos.
Imperialistas y sus lavaperros; seguirán siendo en vano sus estigmatizaciones, amenazas, audios de sentencias de muerte, sus cárceles de alta seguridad, asesinatos, granadas, carrobombas. Porque nuestra lucha es de conciencia y es por ideales y banderas construidas colectivamente en procura del mejor bienestar y felicidad de la humanidad en equilibrio con la madre tierra.
Como dijo un reconocido ídolo de la revolución Cubana: Aquí no se rinde nadie – Juan Almeida Bosque.