Trochando Sin Fronteras Bogotá 23 de mayo de 2016
La Universidad Distrital Francisco José de Caldas es una de las 32 universidades públicas del país, con aproximadamente 30.000 estudiantes y con presencia en varias localidades del distrito capital. Su presupuesto anual es de aproximadamente 280.000 millones de pesos, de los cuales el distrito aporta más del 70%. Entre sus problemáticas se encuentran la falta de infraestructura física y tecnológica, una crisis de democracia y la ilegitimidad de sus normas internas.
Frente a esta situación, desde el 26 de abril de este año estudiantes, profesores y trabajadores aprobaron una jornada de paro indefinido. Tal decisión, que se tomó mediante asambleas y escenarios de deliberación colectiva, pretende por en discusión ante la comunidad académica y la opinión pública, la elección democrática de rector, la aprobación de una reforma universitaria, la acreditación institucional y los problemas presupuestales, de infraestructura y de docencia. Así, la comunidad académica (estudiantes, docentes y trabajadores) pondrán en la agenda de movilización nacional el tema de la educación superior en Bogotá.
Las luchas históricas
Desde 1997 con la aprobación de un nuevo estatuto general que respondiera a la ley 30 de 1993 y que dio apertura a la politiquería y corrupción en la universidad, la comunidad académica ha dado luchas historias. A partir de allí se construyeron propuestas en pro de la democracia, la participación y la autonomía, en el 2002 con el congreso universitario y 2008 con la Asamblea consultiva Universitaria.
Los documentos producto de la movilización, construcción colectiva y la discusión en los estamentos nunca fueron aprobados por el Consejo Superior Universitario, máximo órgano de dirección de las universidades del país según la ley 30. Por el contrario, los directivos han querido implantar sus pretensiones, clientelismo y corrupción, a través de contra-reformas que afectan negativamente a la universidad y la comunidad académica.
En el 2014, tras 30 días de paro, los estudiantes lograron derogar una contra-reforma y a partir de este escenario configuraron la construcción -en 2015- de un propuesta de universidad crítica, democrática, participativa, incluyente, popular y emancipadora, que le apunte a un nuevo proyecto de nación.
La propuesta
Aunque ambiciosa y de avanzada, la propuesta de la comunidad académica está limitada a la ley 30 de 1993. Esta busca discutir el verdadero sentido de la universidad en el contexto actual de la ciudad y del país, que no siga al margen de la realidad, que le apueste a la construcción de una nueva nación desde la docencia, la investigación y la proyección social. Que construya junto al pueblo la solución a los conflictos económicos, políticos, sociales y culturales que aquejan a nuestra nación y que dieron origen al conflicto armado.
Esta propuesta tiene como pilares la construcción de principios y propósitos, la reorganización de la academia, la construcción de órganos de participación, además de la autonomía y la democracia temas, fundamentales en una reforma universitaria.
Cómo hacerla realidad
La comunidad académica ha definido que el paro de actividades académicas y administrativas son elementos de presión para que los directivos de la universidad discutan y aprueben esta reforma universitaria. Además la movilización sirve para informar a la opinión pública y medios de comunicación de la realidad que está padeciendo la universidad.
Otro elemento primordial es la articulación a la lucha por la defensa de ETB (Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá), la cual aporta al presupuesto del distrito y dentro de éste, al de la U. Distrital. Sintraredes, Sintratelefonos y Satelca, así como otros sectores de la capital.