martes, septiembre 26, 2023

La cultura y su importancia en la transformación social

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Trochando Sin Fronteras – Edición 40 Agosto – Octubre de 2019

[dropcap color=»#ddc80d» type=»square»]La[/dropcap] cultura está relacionado con los hábitos, tradiciones, creencias, “sentido común”, rituales y gustos. En general toda creación humana es cultura, tanto lo material como lo inmaterial. Se expresa en el arte, a través de la música, la pintura, el grafiti, danza y hasta en los pensamientos políticos.

Es una elaboración humana, no es el azar, ni hecha por seres imaginarios. Es la expresión de los procesos históricos y políticos que rigen una sociedad, en gran medida atravesada por el fenómeno económico, en la actualidad capitalista. Ello define las relaciones sociales, lo que significa que la cultura está asociada a la lucha de clases por cuanto “en la medida en que millones de familias viven bajo condiciones económicas que los distinguen de otras familias por: su modo de vida, sus intereses económicos y por su cultura, de otra clase social y las oponen a estas de un modo hostil, aquellas forman una clase”. He ahí la importancia de entender ¿cómo se forma? y ¿cuáles son procesos?.

La cultura es un medio, no un fin. No es la cultura por la cultura, no es solo entretenimiento como Hollywood nos lo hace creer, la cultura nos muestra el estado mental de la población, nos brinda el contexto en que se encuentra una sociedad. Para la nuestra, rica en tradiciones, está marcada por muchos ritos regionales venidos de la colonia (no originarios), influenciados por costumbres africanas, y, otros más autóctonos que de a poco se olvidan por el tsunami cultural de la modernidad conquistadora. Para el año 2019 somos cada vez más “occidentales”, blancos, anglosajones, cantamos el feliz cumpleaños en inglés, buscamos ser -cool-, no producimos programas de televisión a partir de nuestras realidades y los pocos que hacemos están sujetos a los estándares extranjeros. Ante la internacionalización de lo mediático, compramos a partir de la -moda-, por todas las publicaciones nos muestran un sin fin de productos (chatarra) hechos por la industria del consumo banal. Nos seducen con gente bonita, rubia, aria, ojiclara, motivándonos a alcanzar esa belleza en detrimento de nuestro color de piel, nos hacen amar el estilo Michael Jackson: blanquearte te da más posibilidades en la vida de ser aceptado y triunfar.

En la medida en que millones de familias viven bajo condiciones económicas que los distinguen de otras familias por: su modo de vida, sus intereses económicos y por su cultura, de otra clase social y las oponen a estas de un modo hostil, aquellas forman una clase

Esa modernidad económica nos ha hecho creer que los noticieros de los medios comerciales son los Dioses de la verdad. Vivimos pendientes de ellos en cada emisión, nos van moldeando el pensamiento y nos obligan a adoptar la cultura del exitoso dueño del medio que está sujeto a su realidad clasista económica en New York o Londres, a la cual le es imposible llegar al promedio de los televidentes o radio escuchas.

La “Guerra de Clases Cultural”, se muestra en haciéndonos creer que la cultura dominante es legítima y la popular es ilegítima, buscando cooptar la mentalidad y el corazón de los pueblos del mundo y su proletariado, para hacer sociedades globales a su imagen y semejanza económica, política y cultural de índole reaccionaria, derechista, capitalista y contrarrevolucionaria; que defiendan y compren según sus intereses. Para ello han comprado escritores, músicos, artistas, bibliotecas, medios de comunicación, parques de  recreación, líderes políticos, disqueras, han creado religiones, redes sociales, ritmos musicales y hasta impuesto la moda. Abordando la lucha de clases, como lucha cultural ideológica.

Estamos experimentando la lucha entre la cultura asociada a la clase dominante contra la Popular, pero esta última, tiene que buscar transformar la realidad y organizar a los excluidos, ojo, nunca una cultura popular excluida que defienda o contenga valores burgueses o principios mafiosos paramilitarizados, ejemplos: la música popular permeada por el narco, o población empobrecida soñando con el estilo de vida de los acaudalados, o el académico de universidad pública que escribe comprometido con el Status Quo; cultura popular falsa no nos representa.

El fin es hacer conciencia política autónoma de las clases populares, que dispute ese poder y logre construir una Nueva Cultura para el pueblo, por cuanto la actual (dominante y legitimada) no representa los intereses culturales, ni ideológicos de la clase popular.

Esta nueva cultura busca trasformar las relaciones sociales y económicas a modelos de sociedad en el que la vida en dignidad sea la vigente, en el que los Bienes de Consumo Colectivo no estén en manos de unos pocos, sino en las manos de los procesos populares y comunitarios. Para ello se requiere que los académicos, artistas, líderes sociales, políticos, creadores estéticos, medios de comunicación, deportistas, gastrónomos, historiadores, músicos, periodistas y demás, se organicen y junten para exigir sus derechos y generen nuevas propuestas populares, obras teatrales, agenda social propia, programas políticos, identidad en la imagen, medios masivos comunitarios, metodologías deportivas, recetas culinarias regionales, investigaciones históricas desde abajo/periféricas, letras que cuenten sus realidades y sus propuestas políticas y comunicadores populares.

Todo ello con base en las problemáticas que nos aquejan y en nuestras necesidades de clase, para así poderle disputar el terreno y el poder a la cultura actual, logrando despertar y generar una popular y alternativa que transforme la realidad.

[1]Karl Marx. 18 Brumario de Luis Bonaparte.

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