Trochando Sin Fronteras, agosto 16 de 2019
[quote]La historia colombiana está llena de jugaditas en contra los intereses del pueblo colombiano[/quote]
[dropcap color=»#ddc80d» type=»square»]El[/dropcap] 20 de julio, día en que se posesionó la nueva legislatura del Congreso de Colombia, el saliente presidente del Senado, Ernesto Macías, se hizo célebre cuando en voz alta develó su plan para evitar que la “oposición” pudiese intervenir delante del presidente Duque, solo que su micrófono estaba encendido y se le escuchó todo. Es este un ejemplo del trato rastrero por parte de las élites gobernantes a quienes hacen “oposición”.
Su famosa -jugadita-, ha sido presentada por los medios tradicionales como una “anécdota de mal gusto”, la han intentado minimizar, como dijo el presidente Duque “no le pongo a eso misterio”.
Lo que esconde la forma en que se presenta la noticia, como una mera -jugadita- a modo de pilatuna de un chiquillo de un partido político, es el proyecto de desaparecer a todo aquel que piense, actúe y trasnforme la realidad de su territorio, mismo territorio donde se aplicaron políticas de tierra arrasada y enemigo interno pretendiendo justificar el exterminio de las comunidades y sus organizaciones.
Jugada, tras jugada
Nos acostumbraron a las jugaditas como la del Frente Nacional (1958 – 1974), que alternó en la presidencia al partido Conservador y al Liberal anulando cualquier posibilidad de alternativa popular, dizque para conservar los valores democráticos y preservar la nación.
O que me dicen de la jugadita en la que nos metió el expresidente Cesar Gaviria (1990 – 1994) con su eslogan “Bienvenidos al Futuro” y su plan económico de Apertura Económica, la cual quebró a gran parte de pequeñas y medianas empresas, pero generó que los grupos económicos, quienes apoyaron el status quo, se consolidaran como monopolio al eliminar la competencia.
También está la jugadita del ex presidente Álvaro Uribe (2002 – 2010), quien durante sus años de gobierno impulsó el “crecimiento económico”, asegurando que ese rendimiento era en beneficio de toda la población, sin embargo, la jugadita de Uribe realmente estaba puesta para “crecer” a expensas del despojo de la fuerza del trabajo de los obreros; estos trabajaran más tiempo sin pago de horas extras ni beneficios sociales, con el fin de enriquecer a las grandes empresas, Y en función de una política de despojo, que a sangre y fuego consolidó ilegalmente grandes extensiones de tierra para su legalización y finalmente para implantar modelos agroindustriales en los territorios.
Recordemos la jugadita de Juan Carlos Vélez, el uribista director de la campaña del voto por el -NO- en el plebiscito por la paz, cuando descaradamente la contó en directo al país: «estábamos buscando que la gente saliera a votar verraca», logrando manipular a gran parte de la sociedad, confundiéndola, votando engañada y envenenada.
Y la jugadita actual en manos de Duque, quien a punta de promesas en campaña aseguró paraísos y bondades para los trabajadores si ganaba las elecciones, pero ya gobernando, protege a los grandes empresarios y empobrece al trabajador.
De jugadita en jugadita, nos han llevado, nos hacen la veintiuna, cabecitas y cientos de goles, ellos controlan el poder. ¿Y las jugadas del pueblo colombiano?, ¡debemos organizarnos, movilizarnos y luchar!