El día 14 de enero, se llevó a cabo un emotivo encuentro en el marco de la Escuela Permanente Milton Escalante, una iniciativa impulsada por la Corporación Choapo y organizaciones hermanas, con el objetivo principal de honrar y preservar el legado de un compañero cuya vida estuvo marcada por la lucha y la resistencia en favor de la dignidad de la clase popular. Un año después de su partida física, su legado sigue vivo, inspirando a nuevas generaciones a seguir luchando por la dignidad y la justicia social.
Milton Escalante, líder y defensor de los derechos de la clase popular, dedicó su vida a la lucha frente a la opresión. Su memoria sigue siendo un faro de esperanza para los que creen que otro mundo es posible. Esta jornada, más que un homenaje simbólico, es una acción concreta de un compromiso continuo con su visión, mediante la educación popular y la organización comunitaria como herramientas fundamentales para transformar la sociedad.
La Escuela Permanente es un espacio de formación, en ella, trabajadores, profesores, estudiantes, mujeres, y niños tienen la oportunidad de fortalecer sus capacidades, compartir saberes y construir herramientas para la transformación social. Este esfuerzo busca fomentar una conciencia crítica y la construcción de un proyecto de sociedad donde la dignidad no sea solo una aspiración, sino una realidad palpable para todos.
La figura de Milton Escalante se erige como un símbolo de resistencia que, a través de la educación y la organización, sigue motivando la lucha por un mundo más justo. Su legado recuerda que la verdadera transformación solo es posible mediante la organización y la lucha constante, y que cada esfuerzo colectivo, por pequeño que parezca, contribuye a ese sueño común, un mundo mejor y digno para quienes han sido históricamente oprimidos.
Con cada actividad, taller y debate, el legado de Milton Escalante sigue vivo y se convierte en una fuerza transformadora que sigue impulsando el camino hacia un futuro más digno. “Esto se transforma luchando”, es la consigna que, una vez más, resonó entre los presentes, reafirmando que la lucha por la justicia y la dignidad es un proceso que no termina con la partida de quienes han dedicado su vida a ella, sino que se multiplica en cada acción colectiva.
La Escuela Permanente se convierte, entonces, en un espacio de solidaridad y esperanza, donde se aprende que la lucha es un camino que solo es posible cuando se avanza juntos y continúa siendo un punto de encuentro y de acción para todos aquellos que creen en un cambio verdadero, un cambio que solo es posible desde las comunidades y con la fuerza del pueblo organizado.
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