Desde el 25 de Noviembre, las comunidades organizadas del departamento de Arauca, junto con diversas organizaciones sociales, campesinas e indígenas, iniciaron una jornada de movilización en varios puntos claves de la región. Esta jornada surge de la necesidad de visibilizar y exigir respuestas urgentes a la grave crisis humanitaria que enfrenta el pueblo araucano.
Las principales exigencias de la movilización incluyen el cumplimiento de acuerdos previos pactados con el Gobierno Nacional, junto a la exigencia de garantías para la vida y la permanencia en el territorio. Es decir medidas efectivas para desmontar las estructuras paramilitares que operan en la zona, presuntamente con la complicidad de la fuerza pública. Además, las comunidades reclaman la implementación de medidas efectivas que velen por su seguridad y garanticen la protección de su territorio, que ha sido históricamente vulnerado por las dinámicas de explotación extractivistas de las empresas petroleras y la violencia paramilitar.
Puntos de movilización en Arauca y Norte de Santander
Las comunidades han ejercido su legitimo derecho a la protesta en varios puntos clave de la región, como son:
- Gobernación de Arauca: Las organizaciones sociales han hecho presencia en la sede de la gobernación como forma de presión para exigir el cumplimiento de los compromisos del gobernador Renson Martínez y del gobierno nacional.
- Vías principales de Arauca: Movilizaciones se han realizado en sectores como la vereda La Osa (Arauquita – Arauca), la entrada a Caricare (Tame – Arauca), el sector El Chuzo (vereda Todos Los Santos), el complejo petrolero Caño Limón, y la planta Banadías (Saravena), entre otros.
- Planta de Gas de Gibraltar (Toledo, Norte de Santander): Las comunidades indígenas y campesinas han tomado la planta de gas para exigir que el gobierno nacional responda a sus demandas de seguridad y desarrollo.
El Movimiento Político de Masas Social y Popular de Centro Oriente, ha articulado estas acciones con las guardias interétnicas, como parte de una jornada de movilización que incluye protestas en puntos estratégicos de Arauca, haciendo un llamado urgente al Gobierno Nacional y a las empresas petroleras para que cumplan con sus compromisos de inversión social, respeto a los derechos territoriales y el fin de la violencia paramilitar en la región.
Las comunidades movilizadas rechazan la política extractivista que ha permitido que las grandes empresas operen al margen de las necesidades y derechos de las poblaciones locales. Exigen que se respete el derecho a la vida con condiciones de dignidad y se garantice la permanencia en el territorio , en un contexto donde las estructuras paramilitares siguen siendo una amenaza constante para la seguridad de los habitantes.
El Movimiento como objetivo militar
El Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia ha emitido un pronunciamiento rechazando la violencia paramilitar, las violaciones a los derechos humanos y la política de exterminio que se ha ejercido contra el tejido social del departamento. Durante las últimas décadas, la región ha presenciado una estrategia sistemática de agresión por parte de estructuras paramilitares que operan en colaboración con grupos armados legales, causando desplazamientos, asesinatos, amenazas y persecuciones a líderes sociales, comunidades y proyectos productivos. Esto ha dejado una marca de sufrimiento y desesperanza en la población, además de impactar de manera severa la economía regional.
Los hechos de violencia a los que ha sido sometido el movimiento, el asesinato de lideres como Josué, la estigmatización mediática, los ataques a las sedes y a las diferentes cooperativas, el señalamiento, la persecución y los diversos ataques de diferente índole dejan en entrevisto la estrategia de disolución que pretende aplicarse.
Contra el genocidio y por el desmonte del paramilitarismo
El Movimiento Político de Masas destaca que estas movilizaciones no deben ser vistas como simples interrupciones del orden público, sino como actos de resistencia frente a una estructura de poder que históricamente ha ignorado las necesidades de las comunidades. La importancia de esta movilización radica en su capacidad para congregar múltiples sectores sociales, todo esto en torno a una causa común el bienestar de los territorios y la vida digna de quienes los habitan.
Con el patrimonio de dignidad de los ancestros, el pueblo araucano ha sido históricamente un modelo de resistencia y lucha por la dignidad, la justicia y el derecho a la vida. Las luchas del pasado por la construcción de vías, hospitales y colegios, son testamento del poder transformador de la movilización social. Sin embargo, en la actualidad, la violencia paramilitar y la corrupción que apropia de los recursos del territorio continúan siendo las principales amenazas para el progreso y el bienestar de la población.
El uso de estos mecanismos de presión, buscan ser una vía para lograr que el Estado y las empresas petroleras reconozcan sus responsabilidades y trabajen por el bienestar de las comunidades, en especial aquellas que han sido víctimas de violencia y la voracidad capitalista. Más allá de los impactos inmediatos, estas acciones contribuyen a la construcción de una sociedad más equitativa donde el diálogo y la puesta en marcha de las propuestas gestadas desde las comunidades organizadas, prevalezcan como ejes fundamentales.
El comunicado emitido por el Movimiento Político de Masas Social y Popular de Centro Oriente de Colombia resalta la lucha y resistencia de las comunidades, que a lo largo de los años han defendido su territorio y sus derechos frente a los ataques de los actores armados y las políticas extractivas que explotan sin compasión los recursos naturales de la región.
Pronunciamiento de la Comunidad: “Defendemos la Vida y el Territorio”
A pesar de estas adversidades, las comunidades han mantenido su firmeza en la lucha por justicia social. “La historia de este territorio nos ha enseñado que la movilización es por excelencia el mecanismo eficaz para lograr la atención del Estado y la construcción de mejores condiciones para nuestro pueblo”, afirma un representante del Movimiento.
Las comunidades del Centro Oriente Colombiano siguen siendo un símbolo de resistencia y lucha por la justicia social, los derechos territoriales y la paz. La jornada de movilización es una manifestación de su determinación para lograr un futuro digno y soberano.
Ruta de acuerdos:
Se solicito el desescalonamiento de puntos de la movilización, se entregarían como gesto de buena voluntad cuatro puntos de concentración, la Macaguana en Tame, Caricare en Arauquita, la Subestación Banadía en Saravena y la gobernación, así mismo acordaron reinstalar la mesa de seguimiento a los acuerdos pactados el 29 de noviembre, además a reinstalación de la mesa de interlocución que se encontraba pausada hace varios meses y haciendo mérito al deseo de avanzar por la región se le solicita al Gobierno su participación activa el día 11 de diciembre en un espacio de denuncia que permita avanzar en la superación de la crisis humanitaria y el desmonte del paramilitarismo en la región.