En respuesta a la opinión consultiva solicitada en enero de 2023 a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos por Chile y Colombia sobre las medidas que
deben implementar los Estados para afrontar la emergencia climática enmarcada
en la protección de los derechos humanos, un grupo de 25 organizaciones y
comunidades de Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Guatemala, Honduras y
Los Estados Unidos unieron sus voces para presentar un informe a la Corte IDH
que muestra los graves impactos ambientales que viven las regiones que
habitan, que no solamente amenazan la biodiversidad en el continente sino que ponen
en riesgo su supervivencia física y cultural.
En Acandí, Colombia, la creciente erosión marino costera está acabando con las
playas hábitat de reproducción de las tortugas Caná (especie en riesgo crítico de
extinción). Las fuertes inundaciones provocadas por este fenómeno ponen a su vez
en riesgo la vida de los pobladores de la región, quienes se han visto obligados a
transformar pueblos enteros por la escasez de alimentos.
“Los impactos por el cambio climático los estamos viviendo ya, las inundaciones en los territorios de nosotros son producto del aprovechamiento de los recursos naturales de manera indebida e inconsulta. Sabemos que nuestras vidas dependen de esos recursos naturales que protegemos y cuidamos pero vienen otros que se están llevando esa riqueza natural y nos dejan a las comunidades la afectación” Everildys Córdoba Borja, – Consejo Comunitario deComunidades Negras (COCOMASUR).
En la región amazónica la deforestación ha crecido a un ritmo alarmante, el Panel
Científico por la Amazonía, una iniciativa patrocinada por la Red de Soluciones para
el Desarrollo Sostenible de la ONU, estimó en su último informe, que el 18 % del
área forestal de la cuenca del Amazonas ha sido deforestado, y un 17 %
adicional ha sido degradado. Las actividades extractivas (minería, madera,
petróleo) y las agroindustrias que están destruyendo los ecosistemas, amenazando
el equilibrio climático mundial y las formas de vida tradicionales de los pueblos
indígenas, como relata Kelly Olivo de la Organización de Jóvenes y Estudiantes
Indígenas de Madre de Dios, Perú.
“Irrumpen en nuestros territorios para extraer los árboles construyen carreteras sin preguntarnos. Llegan colonos e introducen su cultura, afectando la nuestra. Los jóvenes se ven expuestos y quedan vulnerables a cosas que no conocían, como el alcohol y las drogas. Los Estados no reconocen nuestra ocupación ancestral y esto nos limita cuando queremos reclamar”.
A pesar de que los pueblos indígenas y tribales son quienes menos han contribuido a la emergencia climática, son los más golpeados por sus consecuencias, la presencia de plagas y enfermedades asociadas afectan su salud, la pérdida de los recursos naturales vitales para su subsistencia amenazan su seguridad alimentaria; las condiciones meteorológicas extremas y la disminución constante de los espacios habitables los han llevado incluso al desplazamiento inducido por el clima. Situación que enfrentan las comunidades de Luisiana, en Norte América, que se han visto obligadas a abandonar su tierra debido a la pérdida de las zonas costeras, varios lugares que habitaban los ciudadanos tribales están sumergidos hoy bajo el agua.
“Es importante que los pueblos indígenas recuerden que todos estamosconectados. Tenemos que vivir el nosotros porque todos estamos involucrados. Las cuestiones a nivel planetario nos conciernen a todos. Si dejamos que la geografía nos separe, no podremos poner en práctica nuestro conocimiento colectivo”, Rosina Philippe de la aldea india Grand Bayou, tribu Atakapa Ishak Chawasha, Luisiana.
Este devastador panorama demuestra la necesidad imperativa de formular políticas públicas con enfoque diferencial dirigidas a la protección de las poblaciones vulnerables.
“Esperamos que este Amicus permita comprender la magnitud del problema que
enfrentan los pueblos y las comunidades en sus territorios a causa de la
emergencia climática; y que sus voces sirvan de sustento para que la Corte, ante
esta importante decisión, pueda sentar un precedente global para reforzar los
estándares y lineamientos internacionales frente a las obligaciones estatales de
respetar y garantizar los derechos colectivos de los pueblos, y su derecho a la
autodeterminación”. Señaló Juliana Bravo, Directora del Programa Amazonía de
EarthRights International, organización que lidera esta iniciativa. “Los países del
continente americano tienen el gran desafío de pasar de los compromisos a la
acción y combatir la emergencia climática a través de un modelo de desarrollo
sostenible y justo, enmarcado en la protección de los derechos humanos de los
pueblos indígenas y tribales”.
La intervención de las comunidades firmantes de este Amicus ante la Corte IDH
tendrán lugar el día 28 de mayo en Manaos, mediante sus testimonios buscan
demostrar la urgencia de dar solución a una problemática que amenaza con la vida
en el planeta.