Recientemente se dio un proceso importante con los indígenas Emberá que permanecían en el Parque Nacional de Bogotá. La comunidad inició su retorno a los departamentos de Chocó y Risaralda, este avance surge después de un tiempo de desplazamiento forzado debido al conflicto armado y la presencia de actores ilegales en sus territorios ancestrales.
Según un análisis de la Unidad para las Víctimas arrojó que en el 2024 en el Parque Nacional se encuentraban 785 personas distribuidas en 297 hogares de familias Emberá Katio, Dobidá y Cham. Después de casi 4 años de asinamiento, desplazamiento forzado e intentos de acuerdos, a inicios de 2024, luego de varias negociaciones el gobierno nacional, en colaboración con la Unidad para las Víctimas y organismos internacionales, ha facilitado el regreso de estas familias, asegurando el proceso de reasentamiento y protección frente a las amenazas. A su llegada, se ha prometido apoyo integral para la recuperación de sus vidas comunitarias, económicas y culturales.
No obstante, persisten preocupaciones sobre la seguridad en estas regiones, que aún enfrentan amenazas a sus proyectos de vida. Además, organizaciones defensoras de derechos humanos han solicitado un monitoreo continuo y de cerca para evitar futuros desplazamientos. El gobierno ha prometido garantizar a las comunidades acceso a desarrollo sostenible, salud, educación y tierras.
Este retorno de las familias representa un alivio para la crisis humanitaria en Bogotá, pero también destaca las problemáticas del desplazamiento y seguridad que sigue afectando a diferentes comunidades en Colombia. El éxito del proceso dependerá de la implementación efectiva de las promesas realizadas, además del seguimiento de la situación en los territorios; de la mano del desmonte del paramilitarismo, el surgimiento de procesos de economía popular y la articulación entre procesos sociales que aseguren la vida y permanencia en los territorios.
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