El pasado miércoles 7 de mayo, los estudiantes de la capital colombiana se levantaron de sus cotidianos pupitres, manifestándose contra las políticas económicas que viene implantando el gobierno nacional en detrimento de las condiciones de vida de la mayor parte de la población. Así, en la Universidad Nacional de Colombia – sede Bogotá- y en la Universidad Pedagógica Nacional, los estudiantes clandestinos se encontraron en un ejercicio que consideran legítimo como medio de protesta social: el tropel.
Aproximadamente a las 11 de la mañana, estudiantes de las mencionadas universidades públicas se enfrentaban a fuerzas policiales que intentaron reprimir la protesta con medios no consentidos por la ley, agrediendo a quemarropa a varios jóvenes y a la prensa. Los estudiantes expresaron de ésta manera su apoyo al Paro Agrario, Campesino, Étnico y Popular, el cual se ha convertido en un escenario propicio para que la comunidad exponga a través de diversas acciones la inconformidad por la situación que viene azotando al pueblo. Tal situación se evidencia en el bajo ingreso salarial de los trabajadores, en las malas condiciones de vivienda, en la pésima e ineficaz respuesta de las entidades prestadoras de salud y por supuesto en las precariedad de la educación pública.
En entrevista exclusiva para Trochando Sin Fronteras, uno de los participantes de la protesta manifestó que la protesta no era únicamente en apoyo al Paro Agrario, sino también para reivindicar una educación pública gratuita y de calidad para todos los colombianos; en tal sentido, la comunidad estudiantil del distrito capital se siente golpeada, pues la situación actual amenaza el futuro no solo de los individuos sino de toda la sociedad. Ya lo advertía Gramsci al mencionar que una sociedad que no piensa en su educación es una sociedad con mentalidad suicida.
En la jornada de la Universidad Pedagógica quedaron dos estudiantes heridos en la cabeza por disparo a quemarropa de las fuerzas policiales, hechos que también se han presentado en otras jornadas de protesta estudiantil y en varios de los puntos de movilización campesina, tales como los Santanderes y Huila.
En consecuencia con las banderas que levantan en todo el país los campesinos y trabajadores, los estudiantes manifiestan que se han levantado para gritar, no como gesto de solidaridad, sino de compromiso. Hoy se apropiaron de sus universidades y de las calles, ejercieron la soberanía que su saber les otorga.