El centro de memoria, paz y reconciliación se llenó el pasado 17 de septiembre de las voces de los que ya no están. Alirio, Jorge y Leonel fueron masacrados por el Estado colombiano pero siguen vivos en la memoria del centro oriente. «Memoria sin mordaza» es un importante ejercicio de reconstrucción de la historia de nuestro pueblo, pues es el relato de Raquel Castro, docente y líder sindical que sobrevivió a la masacre perpetrada por el Ejército Nacional en Caño Seco.
El evento demostró la importancia de romper la impunidad y luchar por la verdad. Las lágrimas se confundían con los aplausos, y ellos dieron paso a las palabras de Raquel sobre su historia hecha memoria.
También hubo espacio para las expresiones de rabia, dolor y exigencia de los familiares de los compañeros asesinados, quienes recordaron que esos sentimientos no debían sino alimentar nuestro ánimo de continuar las luchas e ideales de los líderes caídos. Máxime, cuando se demostró hasta la saciedad que el estado fue cómplice de la masacre y se estableció que no se trata de un caso aislado, sino de una política sistemática de persecución y violencia (legal e ilegal) contra el pueblo araucano.
Todo lo que tuvo lugar esa noche en el evento de conmemoración constituye la postura de reafirmar que la memoria de los mártires de Caño Seco es válida si los recordamos no claudicando sino que por el contrario fortaleciendo las luchas del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia.