
Sin Fronteras Crónica Internacional, agosto de 2017
Hoy en el mundo mundial: Barcelona contra la islamofobia, El Salvador. MONSEÑOR Romero, un sacerdocio para los pobres Atentado en Quebec y Donde está Santiago Maldonado y En profundidad: Qué está pasando en Ecuador.
Romero, un sacerdocio para los pobres
Latinoamericana conmemoró el pasado 15 de agosto los 100 años del nacimiento de Monseñor Arnulfo Romero, sacerdote católico salvadoreño, que nació en 1917 y fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras predicaba la misa en la capilla hospital Divina Providencia en San Salvador.
Moseñor Romero, como es conocido popularmente, fue un sacerdote comprometido con la causa de los pobres y de los derechos humanos, particularmente en medio de la ofensiva que el gobierno salvadoreño desató contra la población civil, como respuesta a la lucha guerrillera que adelantaba el grupo insurgente Frente de Liberación Farabundo Martí en este país centroamericano en los años 70’s.
Entre las obras más notables de Monseñor Romero rescatamos la creación de la oficina de derechos humanos junto al refugio que ofrecía en su iglesia para aquellos campesinos que escapaban de la represión, y su insistente denuncia internacional contra los gobiernos del partido de conciliación nacional que mantenian la represión y el fraude electoral, y que a finales de los años 70’s deportaron a otros sacerdotes católicos, y asesinaron a algunos más, atacando claramente a estos representantes de la teología de la liberación y de la opción por los pobres.
En 2009, tras 29 años de su asesinato y por mandato de la Comisión Interamericana de Derechos humanos, se inició una investigación que aclaró que el asesino de monseñor Romero fue Marino Sotomayor Acosta, subsargento de la sección II de la guardia nacional, por orden del mayor Roberto d’Aubuisson, quien creo en su momento los llamados escuadrones de la muerte, y del coronel Arturo Armando Molina, quedando claro que el responsable de este magnicidio fue el Estado Salvadoreño.
En 2015, moseñor Romero fue beatificado por el vaticano, y hoy, 37 años después de su muerte, latinoamerica lo recuerda en conmemoración de su natalicio.
Donde está Santiago Maldonado?
El pasado 1 de agosto el pueblo Mapuche se manifestaba en defensa de tu territorio, que constantemente es amenazado por proyectos extractivos de diferente tipo, tanto del lado chileno, como del lado argentino de su territorio.
En aquella ocasión, había una protesta en una carretera en la colinia de Cushamen, localidad de Chubut, provincia de Neuquen, al sur de la Argentina. La gendarmeria argentina, que funciona como una policía militar para garantizar el control de poblaciones alejadas de la capital, fue la encargada de un episodio de fuerte represión que terminó con la desaparición del joven Santiago Maldonado, un artesano de 28 años, quien fue visto por última vez, amarrado de un árbol bajo la custodia de la gendarmeria.
A casi un mes de su desaparición, la sociedad argentina ha venido conociendo detalles del episodio, mientras se ve el ocultamiento de información por parte de altos mandos, incluida la ministra de seguridad nacional Patricia Bullrich, quien ha roto varios protocolos de protección de testigos y ha intervenido en las investigaciones para dar con el paradero de santiago con el fin de evadir la resposabilidad que le compete. Por estas razones, un grupo de legisladores ha solicitado un juicio político contra la ministra acusandola de “mal desempeño y la comisión de delitos en el ejercicio de sus funciones”.
Simultaneamente, la exigencia de la aparición con vida de Santiago no se ha hecho esperar, y diferentes rganizaciones de derechos humanos, y organizaciones sociales y políticas han denunciado internacionalmente la gravedad de los hechos, exigiendo una inmediata respuesta por parte del gobierno de Mauricio Macri, acusando a la gendarmeria de permanentes excesos contra las manifestaciones y protestas, y señalando que esta desaparición es una amenaza contundente a la democracia argentina.
El 1 de septiembre se ha convocado una marcha para exigir que Santiago Maldonado aparezca, y aparezca con vida, tal como lo vieron por última vez el pasado 1 de agosto