En la ponencia, el CNA propuso como eje central del artículo la Soberanía Alimentaria, puesto que:
-Es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos, culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sustentable y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. La soberanía alimentaria da prioridad a las economías locales, a los mercados locales y nacionales.
-La soberanía alimentaria otorga el poder a los campesinos y a la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo artesanal; coloca la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de sostenibilidad medioambiental, social y económica. La soberanía alimentaria promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos y los derechos de los consumidores para controlar su propia alimentación y nutrición. Transita los derechos de acceso, el uso a la gestión de la tierra, los territorios, el agua, la semilla y la biodiversidad.
-Además del fortalecimiento productivo en términos de soberanía alimentaria, para que el derecho a la alimentación sea una posibilidad real y palpable en nuestro país, se necesita fortalecen la fabricación de otros bienes urgentes para la producción alimentaria, como lo son las maquinarias agrícolas adaptadas tecnológicamente a las condiciones geográficas del país y las fincas de pequeña y mediana escala, los abonos por medio de una fábrica nacional de insumos y fortalecer los sistemas estatales de distribución de alimentos y concentrados.
-Consideramos que el hambre en el país está fuertemente impulsada por el precio de los alimentos influenciados por las cadenas de intermediación y la especulación que conllevan. Esto redunda en niveles de sub nutrición y malnutrición que pueden ser corregidos mediante un sistema nacional de comedores populares, lo cual implícitamente regularía la inflación.
-Colombia tiene todos los medios posibles, necesarios para hacer la transición de la seguridad a la soberanía alimentaria, que daría como resultado la superación de la dependencia para asegurar alimentos y pasar al fortalecimiento de la producción y abastecimiento interno; hacer posible la transición de producción fundamentada en los agrotóxicos, a una alimentación saludable y finalmente a la desintoxicación del suelo a través de la producción agroecológica como medio para la vida (Colombia, potencia mundial de la vida).
-Aún falta que el Estado le imprima la cuota de voluntad política, reconociendo al campesinado como sujeto político capaz de organizarse y producir y generándole las garantías básicas como acceso a la tierra, la asistencia técnica, el acceso a insumos, la comercialización, la seguridad social, la pensión y demás condiciones con las que se resolvería en buena parte varios asuntos de la crisis social en el país.
-Una reforma agraria, integral y popular es urgente como mecanismo para resolver la seguridad y la soberanía alimentaria. El CNA viene desarrollando Los territorios campesinos agroalimentarios: TCA, como medio para contribuir a la solución de la crisis alimentaria, protección ambiental y transitar a la producción agroecológica.
Luego de presentar la justificación necesaria, el CNA presentó una propuesta de redacción para el artículo 65 de la Constitución Política:
Artículo 65. El Estado garantizará el derecho a la alimentación adecuada, a no padecer hambre y a proteger a las personas contra el hambre, la malnutrición y la desnutrición. Así mismo promoverá condiciones de soberanía alimentaria en el territorio nacional.
La producción de alimentos gozará de la especial protección del Estado. Para tal efecto, se otorgará prioridad al desarrollo integral de las actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras, forestales, de materias primas y agroindustriales, con especial énfasis en las desarrolladas por el campesinado, así como también a la construcción de obras de infraestructura física, adecuación de tierras y producción de maquinaria e insumos agrícolas. El Estado definirá una estrategia para el acompañamiento de las cadenas privadas de producción y distribución nacional de alimentos e impulsará un sistema estatal de distribución de alimentos e insumos agrícolas., de esta forma como para evitar la pérdida de los mismos. El estado impulsará un sistema nacional de comedores populares.
De igual manera, el Estado promoverá la investigación y la transferencia de tecnología para la producción de alimentos y materias primas de origen agropecuario, con el propósito de incrementar la productividad, dando prioridad a las formas de producción de alimentos que estén acorde con una dieta saludable y que generen un menor impacto ambiental.
El CNA fue enfático en recalcar que la modificación del dicho artículo no será el fin, ya que seguirán fortaleciendo el tejido campesino y la articulación campo – ciudad, «Seguiremos fortaleciendo el tejido campesino y la articulación campo ciudad, fortaleceremos la lucha por la vida digna. Por la defensa y recuperación del campo colombiano, vida digna y soberanía popular«.
Crisis social
En la ponencia, el CNA presento también apartes del contexto que vive el país en el que estableció que existe una crisis social.
Entendemos que la crisis social que atraviesa el país, en la que sobresalen los índices de pobreza y con ellos el alto nivel de desnutrición por falta de alimentos, responde al modelo económico predominante, en el que el mercado “supuestamente” regula y define las políticas buscando la ganancia económica en contra de los derechos y la vida con dignidad de los pueblos.
Garantizar derechos fundamentales, en especial a los trabajadores y población vulnerable, debe ser un objetivo central y un trabajo permanente desde la institucionalidad, así como lo es en nuestro Coordinador Nacional Agrario; alcanzar un mínimo vital en todos los derechos de los pueblos, entre ellos el de alimentación, debe ser apenas el comienzo hacia la transformación que apunte a cambios estructurales que garanticen la equidad en el acceso a los bienes comunes y la igualdad a todas las personas en el territorio nacional.
Recalcando que la presentada por el gobierno del Pacto Histórico se queda corta en dos aspectos:
1 –Si las políticas de distribución y acceso a esos alimentos no se resuelven efectivamente, los pueblos siguen sin alcanzar el derecho a la alimentación. Las seguridad alimentaria que puede darse por medio de importaciones de alimentos y materias primas fortalece la dependencia alimentaria externa.
2 – La iniciativa de seguridad, debe trascender de un sistema meramente asistencialista que continuaría generando grandes ganancias para importadores, distribuidores y demás eslabones de la cadena del negocio, a la soberanía alimentaria como política de Estado, que les garantice a los pueblos la participación en la planeación, producción, distribución y consumo de alimentos suficientes, y de buena calidad a precios razonables.