Por:Eliecer Ariza V – @EliecerArizaV [1]
En el estadio Morumbí en Sao Paulo, con el acto inaugural y el juego Brasil – Bolivia, se dio inicio a la edición 46 de la copa América, 12 países entre asiáticos y latinoamericanos – los invitados son Catar y Japón – se enfrentarán en 5 sedes.
Frescas están en las mentes las imágenes del mundial de 2014 y la llegada de la Selección Colombia a cuartos de final en una de sus mejores presentaciones. Más desconocidos, o mejor, menos recordados son los sucesos acontecidos en ese país las primeras semanas del mundial. “Con más de 20 protestas, primera semana de la copa tiene 180 detenidos en movilizaciones” titulaba uno de los medios tradicionales más importantes del país: O Globo. Entre las razones de la protesta, se encontraban exigencias y reclamos por los gastos excesivos para la adecuación de estadios y, comparativamente, la baja inversión en las necesidades de salud, educación y vivienda en estas mismas ciudades, Passe livre el movimiento por gratuidad en el transporte público (muy fuerte en 2013), también se movilizó.
Este viernes entretanto se ajustaban los últimos detalles del día iniciar de la copa, en todos los estados y en las principales ciudades de brasil se desarrollaba un paro nacional, miles de personas en las calles, los sistemas de metro de Belo Horizonte y Sao Paulo con limitaciones, así como los sistemas de transporte público de las capitales estaduales. Las doce centrales sindicales del país, los movimientos sociales (MST, MTST, MPA, MAB, MAT, UNE,etc.) y diversas organizaciones populares y políticas participaron activamente en la jornada
Las medidas adoptadas por Jair Messias Bolsonaro, fascista presidente de Brasil son el detonante de esta jornada de movilización, de las anteriores y seguramente de la racha de lucha que vendrá. La manifestación del viernes juntó descontentos contra el presidente: recorte de recursos para las universidades públicas, impulso a leyes que permitan el porte y tenencia de armas de fuego, reforma a la política de seguridad social, en especial para las pensiones, con un claro beneficio al capital financiero, desempleo, aumento en el costo de vida, una economía estancada, privatización de empresas, aprobación del uso de agrotóxicos más fuertes y con menos restricciones, retrocesos en la lucha contra la tortura y el trabajo esclavo.
La llegada de este ultraderechista, evangélico, machista y racista a la presidencia de Brasil estuvo marcada por el escándalo de “Lava Jato” donde supuestamente el juez Sergio Moro, descubrió una red de corrupción encabezada por Luiz Ignacio Lula da Silva y el PT (Partido de los Trabajadores) para recibir sobornos por parte de la multinacional Odebretch. Con ese sonsonete y una gran divulgación de mentiras por redes sociales ascendió Bolsonaro al poder. En enero de este año nombró al juez que condenó a Lula como ministro de Justicia. Hace menos de una semana los medios populares de investigación de Brasil, publicaron en exclusiva las conversaciones entre el Moro y los fiscales e investigadores de Lula y del escándalo de Lava Jato cruzados por la aplicación de mensajería Telegram; allí se evidenciaba el manejo político de la detención y las manipulaciones de las pruebas así como el fallo condenatorio por “delito indeterminado” al que fue sometido Lula, confirmando que esta acusación era una jugada de la derecha para sacar del poder al PT.
Mientras rueda la pelota en Brasil, las clases populares se movilizan, los escándalos se evidencian y las luchas se juntan. En Colombia el sector de Bolsonaro está representado por el Centro Democrático y más específicamente por la oligarquía terrateniente Cabal, Lafourie, Amanda Rocío, quienes nos llevan de culo pal estanco.
En 2020 la Copa América será en sedes compartidas por Colombia y Argentina, dos países actualmente gobernados por la derecha, en serios problemas económicos y buscando salidas a la crisis en contra de los trabajadores, alistemos la camiseta y las piedras, lazos, tenis, y brazos para la lucha y la movilización popular.
[1] Eliécer Ariza – Luchador social, Columnista – EliecerArizaV@protonmail.com