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La mujer y la participación política durante el bicentenario

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Trochando Sin Fronteras, marzo 21 de 2019

[dropcap color=»#ddc80d» type=»square»]L[/dropcap]atinoamérica ha sido una región explotada tanto en el periodo colonial como en el periodo capitalista, en los cuales se ha enmarcados el patriarcado. La herencia colonizadora, los elementos de la cultura indígena, la colonización ideológica de la iglesia más los aportes de otras culturas que estuvieron presente en la consolidación de la identidad Latinoamericana han definido el papel de la mujer.

Estos aspectos las relegaron de los espacios políticos, confinadas al hogar, la familia y a la religión. Limitando su participación en la toma de decisiones y apartándolas del desarrollo de nuestros pueblos.  En Latinoamérica y en Colombia es evidente que la política no se ha pensado y creado para que la mujer acceda a ella, por el contrario se les ha invisibilizado sacandolas de las páginas de la historia.

Muestra de esto es la Ruta Libertadora. Donde el papel y las luchas de las mujeres ha sido invisibilidades totalmente, aunque participaron activamente en la rebelión con el Gobierno Español,  siendo espías, correos humanos y madres que entregaron sus hijos. Colaboraron y fueron parte activa de las guerrillas de la época » Ejército Libertador», participando en el combate de Paya o también conocido como las Termópilas de Paya,  primer encuentro de la Campaña Libertadora de Nueva Granada, el 27 de junio de 1819, en las afueras del pueblo de Paya.  Batalla donde el Coronel Antonio Arredondo, encargado por Simón Bolívar,  junto a 600 soldados tomaron el pueblo luego de cruzar el Páramo de Pisba.

Simona Amaya fue ejemplo de compromiso, esta mujer payera  se enlistó vestida de hombre en el Ejército Libertador en la vereda Llano de Miguel y murió combatiendo en la Batalla del Pantano de Vargas al recibir una herida en el pecho,  al ser atendida, permitió a sus compañeros descubrir su verdadero género.

En la Batalla de Pienta – Santander. El 4 de agosto de 1819 se libró en Charalá un enfrentamiento entre campesinos y tropas españolas, que le dio un giro a la Batalla de Boyacá, tres días después permitió que la independencia de Colombia fuera un hecho. En esta batalla la participación de la mujer fue relevante, las guerrillas de las Nieblas conformada por mujeres fueron determinantes en la victoria, hecho que no ha sido contado por la historia, así como otros que ocultan el papel de la mujer en toda la ruta Libertadora.

En la historia Latinoamérica los espacios políticos de decisión los han ocupado algunas mujeres, la primera mujer que accedió a espacios de decisión política fue Evita Perón, en 1974 María Estela Martínez se convirtió en presidente interina tras el fallecimiento de Juan Domingo Perón. La primera mujer latinoamericana elegida presidenta en las urnas fue la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro en 1990, seguidamente la panameña Mireya Moscoso, que gobernó entre 1999 y 2004, la siguiente mujer presidenta fue Verónica Michelle Bachelet Jeria, ​ médica y política chilena. Bachelet ostentó la presidencia de su país en dos periodos: entre el 11 de marzo de 2006 y el mismo día de 2010, siendo electa por segunda vez para el mandato comprendido entre el 11 de marzo de 2014 al 2018, Cristina Fernández de Kirchner, quien fuera presidenta de Argentina del 2007 al 2015, y Dilma Vana Rousseff, política brasileña que accedió en 2010 a la presidencia del Brasil, una mujer empoderada, de pensamiento de izquierda, ideas que le costaron su cargo, además de su judicialización. Costa Rica también tuvo su primera mujer presidenta, Laura Chinchilla, que ocupó el cargo entre el 2010 y el 2014,. Para la fecha en Latinoamaerica las mujeres han perdido todos los cargos de decisión política como es la presidencia de los diferentes países. Este hecho nos debe conllevar a una reflexión del papel como mujeres en Latinoamérica y de cuánto realmente podemos avanzar y sostenernos desde la parte electoral y el retroceso de las luchas de las mujeres que se vienen evidenciando y el afincamiento del capitalismo y con el patriarcado.

En Colombia el panorama para las mujeres es un poco más difícil, la agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (ONU Mujeres) y la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia presentaron el informe ‘El camino hacia la paridad en el Congreso colombiano: La representación política de las mujeres después de las elecciones de 2018’  en el que se retrata la participación femenina en el Legislativo del país, la cual es inferior al promedio de América Latina y del mundo.

El informe concluye que la participación femenina en el Congreso colombiano es del 19,7%, distanciado en diez puntos porcentuales del promedio en la región de las Américas que está ubicado en un 30%.

No hay que negar que se han logrado algunos avances en estos 200 años que han sido significativos, que representa las luchas de las mujeres, pero también es necesario aclarar que las mujeres que ostentan esos cargos políticos como en el caso de Colombia, en la mayoría representa la mujer burguesa, como es el caso de la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez y la senadora Paloma Valencia entre otras y que las mujeres de la clase proletaria siguen relegadas, reprimidas y sometidas aún más doloroso y preocupante por las mismas mujeres. Estas mujeres de la clase burguesa además de someter a las mujeres proletarias también invisibilizan sus luchas y vulneran sus derechos.

 

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