Trochando Sin Fronteras – Julio 11 de 2020
Por: Sandra Riveros – Trochando Sin Fronteras
En medio del confinamiento ordenado por el gobierno de Duque a raíz de la pandemia del COVID -19, las comunidades y sus organizaciones sociales y de derechos humanos, decidieron realizar a la Marcha por la Dignidad. Esta iniciativa tuvo como objeto visibilizar la crisis humanitaria en que se encuentran las diferentes comunidades, crisis agudizada con la cuarentena por la pandemia. Segun las comunidades, el gobierno Duque aprovecha el confinamiento para realizar una serie de reformas que no había podido implementar en los últimos 20 años.
La Marcha se realizó en tres rutas; la primera inicio en Popayán – Cauca el 25 de junio y llegó a Bogotá el 10 de julio; la “Ruta de la Libertad” que salió de Gibraltar Norte de Santander el día 13 de julio y luego de recorrer Arauca, Casanare y Boyacá se encontró en Tunja el 18 de julio con la “Ruta Comunera”; ruta que inició su caminata desde Barrancabermeja, Santander y que recorrió Boyacá y Cundinamarca. Las dos marchas arribaron a Bogotá el 20 de julio en el marco del “Día de la Independencia”.
El objetivo principal fue denunciar y exigir al Estado parar el genocidio contra el movimiento social. Esta jornada de lucha permitió denunciar el asesinato y judicialización de líderes sociales y defensores de derechos humanos. Una práctica sistemática que ha venido utilizando el Estado para acallar las luchas de las comunidades y resquebrajar el tejido social; además, para abrir los territorios a las empresas transnacionales y la depredación de los bienes comunes.
Segun las comunidades, la marcha fue pertinente y necesaria para retomar la movilización social. El movimiento social y popular, tiene claro que el Estado usa la pandemia para tener al pueblo encerrado, prohibiendo la movilización a través decretos. Sumado a esto, el COVID – 19 hace más compleja la vida, en un país donde el sistema de salud está resquebrajo y afrontando una crisis. Sistema incapaz de atender los servicios básicos que requiere la población.
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La Marcha en su desarrollo fue todo un reto, reto que los caminantes cumplieron al realizar la totalidad del recorrido en medio de la intimidación y el hostigamiento de la Fuerza Pública. A pesar de esto, en medio de la caminata se realizaron diferentes acciones donde se visibilizaron las diferentes problemáticas que aquejan a las comunidades. Se interlocutó con la institucionalidad y los medios de comunicación, en un ejercicio que permitió al movimiento social abordar y discutir las necesidades, desigualdades e injusticias, en busca de rutas de diálogo y acuerdos para abordar y avanzar en la solución.
Las rutas, reforzaron el hermanamiento entre los caminantes y de quienes se unieron de diferentes formas a su paso. También, permitieron el acercamiento con las comunidades y los diferentes sectores sociales, que vieron en los marchantes un ejemplo para seguir luchando por una vida digna. Recalcando que a pesar del confinamiento y la pandemia, están convencidos de que la movilización, la solidaridad y la defensa del territorio son la ruta para resistir y avanzar hacia una Colombia libre y soberana.
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